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Compartimos un rato con Nerio David, talentoso cantante de tango, boleros y folclore argentino; autor y compositor, escritor y artista plástico.

Era el año 1981, mes de octubre, cuando llegué a Guayaquil desde Buenos Aires. Vine a visitar a mi hermana Mariel Córdoba quien ya estaba radicada aquí. Tenía la intención de quedarme solo 3 meses.

Mi hermana me necesitaba así que pedí una prórroga para alargar mi estancia y luego me fui quedando; solicité una visa y un poco después conocí a la que hoy es mi esposa: como siempre el amor «hace de las suyas».

De ahí en más me acoplé a la cultura local, tuve una academia de música, fui maestro en la Escuela Sagrada Familia, al sur de la ciudad, con el tiempo creé algunas obras para teatro
dirigido a los niños/ñas («Cuidemos la naturaleza», «Corazón de mangle», «El Principito, adaptación para teatro musical»), grabé alrededor de 5 CD’s con canciones para niños/ñas… etc.

También participé en teatro musical con obras originales, presentadas en el Teatro Centro de Arte. Canté tangos con la Sinfónica de Guayaquil dirigida por David Harutyunyan, junto a Mariel Córdoba y al pianista Omar Domínguez Castro… es un largo camino que no se puede sintetizar fácilmente.

 

 

Una nueva vida

Con respecto a lo que significó dejar todo en Buenos Aires para armar una nueva vida aquí, bueno, pongámoslo así: mientras estás de paso por un lugar, todo está bien… días más, días menos, es una aventura; cuando decides quedarte definitivamente, hay una revolución interior: quedan atrás muchos afectos, los lazos familiares empiezan a apretar el corazón…

Aunque parece que la nostalgia hoy en día es demodé (pasado de moda), nunca me ha dejado de acompañar. Sin embargo, haber hallado el amor y formado una familia, compensa muchas cosas. El tiempo es también «cicatrizante».

Los artistas tenemos vidas azarosas, tal vez no más que cualquier otra persona, pero los vaivenes, los contrastes, la inestabilidad a la que la profesión suele someternos, nos mantiene vivos, alertas y resilientes.

Guayaquil, a voz te canto

En varias ocasiones escribí acerca de Guayaquil y también le canté; otras tantas me referí a las bellezas que podemos hallar en Ecuador. Pero creo sinceramente que esta letra musicalizada, bajo el título “Guayaquil, a vos te canto”, se ajusta a mi sentir hacia esta ciudad que me aceptó hace muchísimos años y donde formé una familia.

Desde lo ordinario, le he devuelto la gentileza respetando a su gente, su cultura y, así mismo, honrando su patrimonio y sus leyes. Pero desde lo afectivo sentí la necesidad de cantarle hondamente.

Cultivo el buen hacer en la vida personal y en lo artístico, así como cultivo la gratitud, porque es un valor que trasciende la educación y las buenas costumbres. Esta composición tiene mucho de inspiración, pero más de gratitud y afecto.

Letra de la canción del autor y compositor Nerio David

GUAYAQUIL, A VOS TE CANTO:

(Hablado )
I
La pampa me dio al marcharme, este ritmo de milonga
para que en sus versos ponga lo mejor del sentimiento
y darle agradecimiento a este pueblo laborioso
que espléndido y generoso me recibió en los 80s
justo como se presenta: sin alardes, pero airoso.
II
De ahí en más es que aprendí a conocer su grandeza
y a respetar la nobleza de su proceder sincero
su madera de guerrero que enaltece su heredad
por eso es que con lealtad le dedico yo estas coplas
que tal vez parezcan pocas, pero me salen del alma.

(Cantado)
III
Esta ciudad que describo tiene un río caudaloso
y es de verdad asombroso, al verla lo que uno siente.
Es el pasado, el presente, próspero puerto y ciudad
la que entrega su amistad, a quien quiera conocerla,
dicen todos que es la perla del Pacífico, señores.

IV
Grandes ilusiones tiene y una sincera intención
de ser en esta nación, urbe de ejemplo y acierto
porque puso un rumbo cierto hacia metas progresistas
que nadie este afán resista porque se acabó la espera,
hoy el pueblo es quien prospera, bajo su amada bandera.

(Hablado )
V
Bandera celeste y blanca, blanca y celeste bandera
flameando siempre a la vera del gran río que la acuna
simboliza cual ninguna la imagen de Guayaquil
bajo este cielo de añil, sobre esta verde esperanza.
Las palabras no me alcanzan pa’ describir su hermosura.

VI
Tengo una Patria primera, que es el suelo en que nací,
pero cuando decidí poner distancia y andar,
a Dios gracias pude hallar en esa vida de errante,
este corazón gigante que es Guayaquil y su gente,
como caudal permanente de amistad y de templanza.

(Cantado )
VII
En esta tierra señores me asenté y eché raíces.
Somos sin duda felices, entre familia y amigos.
Así como yo les digo. me aquerencié sin mas vueltas,
con las ilusiones sueltas aportando con mi canto;
no pensé que fuera tanto lo que aquí me ha sido dado.

VIII
Por el malecón andando hasta el Puerto Santa Ana,
es como abrir la ventana y ver un paisaje nuevo,
con ese dorado fuego del sol en la inquieta ría.
¡Esta ciudad sí que es mía, piensan propios y extranjeros!
Es la tierra que yo quiero para dejar mi semilla.

Autor y compositor; Nerio David Pérez.

 

 

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