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Asumir la paternidad puede hacernos sentir ilusionados y a la vez temerosos.

Las parejas de hoy piensan más antes de tener un hijo, muchos esperan un par de años hasta estabilizarse, mientras que otros no lo hacen porque aún no se sienten listos. Creo que nuestros abuelos, incluso padres, no se cuestionaban tanto esta idea, porque simplemente era lo “normal”, “el siguiente paso” o “lo que tocaba”.

¿Por qué hoy se cuestiona o pospone la venida de un hijo?

En la actualidad existe una mayor exigencia en lo profesional (título, maestría, PhD…), lo cual toma tiempo y esfuerzo económico. Esta, es una de las razones por la que se retrasa la edad para casarnos y por ende en la que tenemos hijos. Otro factor es que la vida se “ha vuelto más cara”, agregándole que, una sociedad consumista como en la que vivimos, nos hemos creado “nuevas necesidades”. Sin embargo, hay también quienes no se ven realizados con la idea de tener un hijo, por lo que no es parte de su proyecto de vida.

Una característica de las parejas de hoy es informarse crecidamente sobre la llegada de un hijo: nos interesamos en cómo criarlos, qué productos son mejores, qué comprar, dónde estudiará, etc. Seguramente muchos de nuestros padres y abuelos no se informaban tanto al respecto, sino más bien lo hacían como algo intuitivo o hasta se contaba con un mayor apoyo familiar, por ejemplo, la abuela que los primeros meses ayudaba con el bebé porque vivía cerca.

Buscar y tener más información a la mano para “estar preparados” ayuda muchísimo, pero nos dejamos llevar por lo que dicen los estudios o la teoría, más que por la misma experiencia. No hay nada como la práctica y la vida real, es ahí en donde realmente aprendemos a ser padres. A cuantos de nosotros que somos padres nos ha pasado que decíamos “cuando tenga hijos no voy a dejar que…”, “mis hijos no van hacer…” y la realidad al tenerlos, es otra.

Pregúntate antes de considerar la llegada de un bebé

  • Un bebé demanda muchísimo tiempo y cuidado, especialmente durante su primer año de vida; es bueno conversar y planear cómo harán para cuidarlo. Hay casos en los que uno de los miembros de la pareja decide renunciar para dedicarse al cuidado del bebé; otros en los que buscan ayuda de un familiar o contratan el servicio de una niñera, por lo que es bueno ir considerando estas opciones. ¿Estamos preparados psicológica, profesional y económicamente para hacerlo?
  • Analizar la relación de pareja, porque serán padres de ese bebé toda su vida. Su responsabilidad consistirá en brindarle un ambiente adecuado para que su desarrollo. Nunca debemos tener un hijo para “arreglar una relación” o “volver a enamorarlo/a”. ¿Mi relación es estable como para traer un hijo al mundo?
  • Un bebé cambia la vida por completo, nos llena de un amor y felicidad indescriptible, pero requiere de muchos sacrificios, especialmente al inicio. Nuestro tiempo y energía se van en él, por lo que no podremos hacer muchas cosas con la facilidad de antes. ¿Estamos dispuestos a esos sacrificios?

Para aquellos padres que deciden tener un bebé, no se preocupen tanto por las cosas materiales, como comprarle el mejor coche o hacerle el cuarto más bonito. Es cierto, que muchas cosas son necesarias, pero lo que más necesita un bebé es contención de parte de sus padres y en eso es en lo que deben enfocarse.

Por Psic. Daniela Nugué
Máster en Asesoramiento Educativo y Familiar
Asesora en lactancia materna.

 

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