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«Shhh, escúchame a mí». ¿Puedes oír en esta canción qué tan lejos está llegando la lucha entre sexos?

Hace unos días escuchaba una canción que me gusta mucho («Yo soy tu madre, escúchame a mí), pero cuando voy al fondo de lo que dice me deja un sabor extraño en la boca. Me hizo pensar en las diferencias entre hombres y mujeres, la lucha entre sexos… y hasta me recordó a una expresión que tal vez habrás escuchado alguna vez: «Mujeres machistas». ¡Te explicaré por qué!

 

 

«Yo soy tu madre, escúchame a mí»

Es verdad que las madres tienen una capacidad enorme de enseñar; son las primeras pedagogas de sus hijos, y es fundamental que los hijos aprendan a respetar y obedecer a sus madres.

En esta canción (Yo soy tu madre, escúchame a mí), esta frase tiene un tono un poco despectivo, y vale la pena que pensemos en la idea de este poderío femenino que tiene mucho de bueno, pero que, si se entiende como un poder de dominación sobre el hombre, terminará haciendo más daño que bien. Las madres tienen una misión fundamental en la educación de los hijos.

Enseñar que ni los hombres ni las mujeres son mejores los unos de los otros, sino que nos necesitamos, que todos somos necesarios, es algo que se debe educar en los hogares.

Que ni las niñas son las que deben hacer las tareas de casa y que los niños deben ser atendidos, es crucial para poder cambiar las estructuras o las ideas de que hacen daño, pero no podemos darle un poder sobre el otro a ninguno de los dos sexos.

 

 

«Mujeres machistas»

Tengo que ser sincera, en mi país esta expresión «mujeres machistas» es muy común. Pareciera que son las madres las que enseñan a sus hijos varones a creer que las labores domésticas son para las mujeres. Que los niños no deben llorar, que deben ser fuertes y no mostrar sus emociones. Esto ha hecho y sigue haciendo mucho daño en las relaciones entre los hombres y las mujeres.

No te voy a decir que tengo la respuesta perfecta ante este tema, pero sí creo que debemos plantearnos cómo estamos educando a nuestros hijos.

Es evidente que no es lo mismo educar a una niña que a un niño. Aunque no soy madre, sí he sido profesora en un colegio. Te puedo decir que los niños y las niñas piensan, actúan, se comportan y demuestran sus emociones de maneras completamente diferentes. También es cierto que cada niño y cada niña es diferente, pero en términos generales, sí hay grandes similitudes entre cada sexo.

Una lucha que no lleva a nada bueno

La lucha entre los sexos lleva a la separación. No hemos sido creados para dominar el uno sobre el otro, ni para ser más o menos. Somos complementarios, nos ayudamos, unidos somos más fuertes.

Es verdad que tenemos capacidades diferentes. Por eso mismo nos complementamos. Si las mujeres actuamos como hombres, le robamos al mundo la riqueza de nuestro genio femenino.

Así que vale la pena que, como educadores, nos demos cuenta de cómo estamos educando a los jóvenes en igualdad de derechos en la diferencia natural. ¿Tú qué opinas sobre la canción? ¿Crees que la música influye en la forma en que piensa una sociedad?

 

 

Escrito por: María Claudia Arboleda, vía Catholic-Link.

 

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