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Una buena inteligencia emocional en las personas mayores se traduce en una mejor calidad de vida.

Recuerdan aquel imaginario que contar con más de 60 años era sinónimo de soledad, declive e insatisfacción, afortunadamente esa creencia ha ido desapareciendo y la principal razón es que actualmente el umbral de vida ya cruza los 80 años. Por este motivo, hoy muchos adultos mayores perciben a los 60 como una segunda juventud y los 70 como una reposada madurez, por lo que no es raro verlos increíblemente activos.

Vemos como participan en infinitas actividades de su comunidad, disfrutan de sus amigos, pasan tiempo con sus nietos, viajan y la mayoría son una parte muy importante en vida de sus hijos. Es innegable que nuestros mayores se enfrentan a más de una dolencia física e incluso algún vacío emocional por alguna pérdida, sin embargo, gran parte de ellos demuestran  habilidades emocionales bastante eficaces para vivir plenamente, pero ¿cómo lo hacen?

El camino hacia la inteligencia emocional

Hay que tomar en cuenta que la inteligencia emocional no es algo normativo, no aparece con los años, muchos saben en qué consiste, pero no siempre lo aplican. Pero quienes logran desarrollarlo aprenden estrategias muy efectivas para su vejez, puesto que el deterioro corporal siempre está presente, así como los problemas de salud e incluso los económicos y sociales. Entonces ¿cómo se puede mantener un buen nivel de bienestar afectivo y emocional?

  • Ser conscientes que la vida se está agotando. Esta realidad personal aceptada hace que la conducta se enfoque hacia experiencias emocionalmente gratificantes. Dejan de importar las promesas futuras, se quiere disfrutar del bienestar aquí y ahora.
  • Hacer un balance de todo lo vivido y experimentado. A partir de esto se puede decidir quedarse solo con aquello que se considere gratificante. Este enfoque es un filtro personal que promueve que el día a día se encamine a ver el lado positivo de las cosas, por lo que genera vínculos de calidad, además de evaluar cada situación desde una perspectiva más optimista.
  • La experiencia es uno de sus pilares más fuertes para lograr inteligencia emocional. Ya que los años les han enseñado a manejar mejor determinadas emociones, se comprenden mejor los procesos, se autorregulan y a la par saben cómo conectar con las necesidades de los demás.

No olvides que nuestra esperanza de vida aumenta cada vez más y tenemos el todo el derecho de disfrutarla con intensidad y con los mejores recursos posibles. Los invito a observar la inteligencia emocional en los adultos mayores como clave para su salud, como un motor para lograr una tercera edad con más vitalidad, para que se integre en la propia sociedad y por ende recorran su última etapa de vida de una forma más feliz.

Por: Andrés Borbor C.
Psicólogo general
www.MasVidasPositivas.com

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