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Invitar a otra cultura a entrar a tu vida y hogar, te hace ver tu vida y a tu hogar de una manera muy diferente.  Hace meses tuvimos huéspedes de África, y era imposible no ver mi vida diferente a través de sus ojos.

No podía dejar de observar y aprender de ellos, pero no solo estas visitas, porque cada vez que voy a otro país, veo la vida de las personas a través de mis ojos. Pero con los años, he encontrado muchas diferencias entre los padres de países de primer mundo y los tercermundistas.

Mientras que la pobreza o la riqueza, la libertad o la opresión influyen en cómo hacemos o no el papel de padres. Se nos hace difícil reconocer que dándoles menos a nuestros hijos es cuando más les estamos entregando. Y dándoles más no siempre hará que ellos quieran menos.  

 

Aquí hay algunas cosas que he observado en padres de otras culturas que están influenciando en la forma cómo educo a mis hijos: 

1- Menos cosas, más imaginación.

Sin duda alguna, esta es una de las diferencias más obvias entre las culturas. Los niños no tienen su propio dormitorio, camas, cosas electrónicas. No siempre tienen armarios llenos de ropa o repisas llenas de libros o juguetes.Niño

Es de esperarse que esto suceda en la áreas más pobres, pero fue difícil no darse cuenta que eso no limitaba a los niños de usar su inteligencia. Como factor importante, se notaba que ellos la cultivaban. Ellos le daban mucho valor a la pequeña colección de libros y ropa que tenían. Creaban juguetes y pelotas con palos y bolsas de plástico. No tenían un equipo de tecnología y pienso que ellos son mejores por lo que ellos no tienen, que por lo que ellos hacen.   

2- Menos dependencia, más independencia.

Es descabellado conocer una madre la cual se va muy temprano por la mañana para asar cacahuates del lado de la carretera, porque es la mejor manera en la que podrá vender a la gente que pasa caminando a sus trabajos. Ella deja a su bebé con su hija de 8 años y regresa antes que ella salga para la escuela, repitiendo esto cuando los trabajadores están de regreso a sus hogares casi al anochecer.

Mientras por obvias razones nosotros no podríamos hacer eso; yo me quedo sorprendida por la independencia que llegan a tener los niños en otras culturas. Estos niños van a realizar mandados y contribuyen con la familia debido a que no tienen otra opción, pero casi siempre he notado que no existen lloriqueos o reclamos al respecto por parte de ellos (en mi casa, casi siempre los escucho).

Esto me ha llevado a creer que los niños a quienes se les ha dado independencia encargándoles algunas tareas de casa aprenden a resolver los problemas por sí mismos sin ayuda de nosotros los padres. 

3- Más tiempo fuera de casa, menos entretenimiento dentro.

Yo crecí en los 70´s y 80´s y pienso que entendíamos esta idea más de lo que lo hacemos ahora. Salir, jugar, eso fue lo mejor de mi niñez y de repente mis padres o abuelos cerraban la puerta, pero ni se notaba si me quejaba o no.

He notado que no es una idea nueva o vieja, simplemente es un estilo de vida en la mayoría de las culturas. Es bueno dejar que nuestros hijos inventen juegos, suden, para entender que existen más formas de divertirse y que no solo existimos para entretenerlos o darles qué hacer en sus horas libres.   

4- Enfocarse en lo que realmente importa y menos tristezas.

Nuestra cultura está obsesionada con cosas que realmente no importan. Puede sonar duro, pero sabemos que es cierto y si lo dudan, inviten a una familia de un país tercermundista para que estén con ustedes 3 semanas y explíquenle sus vidas.

Estamos llenos de capas y condiciones, demasiado confort que muchas veces nos enfocamos en lo mínimo y perdemos lo esencial. Cuando les enseñamos a nuestros hijos con el ejemplo en cómo enfocarse en lo que verdaderamente tiene importancia para la vida, las personas, amar a Dios y servir a las personas, estamos creando un ambiente lleno de felicidad.  No importa a dónde he ido, es lo único que tenemos en común y que me ha marcado más:

Queremos lo mejor para nuestros hijos y esto nos motiva a trabajar duro, a sacrificarnos para darles lo que no hemos alcanzado a tener o negarles lo que ellos no necesitan. Eso hará la diferencia en cada hogar, pero el amor es el tema de interés común.  

 

Vía: wearethatfamily.com

 

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