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Una de las mayores glorias del deporte blanco ecuatoriano continúa vinculado al tenis desde casa y con su familia.

 

El tenis ha sido todo en la vida del ‘Zurdo de oro’. Le entregó amigos, competencias, oportunidades de viajar y de formar a sus cinco hijos en esta disciplina.

Hablar sobre la vida de este tenista ecuatoriano es recordar aquel 10 de junio de 1990 cuando se coronó campeón del Roland Garros, en París, una aspiración que tuvo desde el primer día que llegó al torneo. “Identifiqué a los jugadores que eran complicados, al grupo que había que tenerle puesto el ojo y dije: sí tengo chance”.

Sus toques con la raqueta siguen intactos. Continúa vinculado al deporte que lo ubicó entre uno de los grandes del mundo, pero ahora a través de la organización de torneos locales y su academia Gómez Viver. Comparte con sus hijos su pasión por el tenis y uno de ellos, Emilio Andrés, sigue sus pasos en Copa Davis.

En 1990 fue su consagración cuando ganó su torneo de Gran Slam, el Roland Garros, en Francia.
En 1990 fue su consagración cuando ganó su torneo de Gran Slam, el Roland Garros, en Francia.

Cuando comparte con sus hijos en la cancha, ¿Andrés Gómez es el entrenador o el papá?

Cuando entramos a jugar nos ponemos de acuerdo quién va a entrar: si el papá o el entrenador, pero a ellos también les toca decidir si va a entrar el hijo o el jugador de tenis (risas). Claro que la competencia sale en medio del partido aunque estés jugando con tu familia, pero el tenis es un deporte familiar que puedes hacerlo en conjunto de por vida.

 

¿Qué es lo que más disfruta de sus hijos?

Que el tenis los mantiene cerca, no estoy con ellos todo el día, pero están alrededor, en sintonía. Para un papá el saber que su hijo va por la tarde al club a jugar le da una tranquilidad porque sabe que está en buenas manos, alejado de situaciones complicadas y relacionándose con nuevos amigos que van a estar con él más adelante.

 

Emilio participa en Copa en Davis, ¿cómo ven su nivel en la familia?

Él está haciendo lo que tiene hacer y tiene todo nuestro apoyo. Yo creo que tiene la habilidad y la posibilidad, así que los próximos tres años van a ser vitales para su carrera.

ANDRÉS GÓMEZ Y AGASSI
Su rival en Roland Garros fue el estadounidense Andre Agassi.

En sus años de tenista profesional, ¿cómo encontró una familia en este deporte?

Sentí que mi familia era el club, amigos que todavía frecuento. Mi entrenador estaba conmigo todo el día: desayuno, almuerzo, cena. Armé círculos que fueron cambiando con los años y el tenis se fue transformando en una familia.

 

¿Cómo resume Andrés Gómez los días de su carrera profesional?

El resumen es que hice muchas cosas muy buenas por 15 años, pero hice una cosa espectacular por 15 días y esa es la que define mi carrera. Soy consciente de lo que tengo, lo que hago y lo que me ha tocado hacer para conseguirlo.

 

¿Qué representó en su vida ganar el Roland Garros?

Saber que al menos por dos semanas no hubo nadie en el mundo igual que tú. Estuviste por encima de tantos y eso en tenis no es fácil. Cuando ganas Roland Garros sientes que le ganaste a los mejores.

Un día de tenis compartiendo con su esposa e hijos: Juan Andrés, Emilio, Alejandro, Manuela y Rafaela.
Un día de tenis compartiendo con su esposa e hijos: Juan Andrés, Emilio, Alejandro, Manuela y Rafaela.

¿Cambió su vida desde ese día, hubo tal vez algunas renuncias?

Yo no dejé de hacer nada, yo estaba haciendo lo que tenía que hacer. Si me hubiera quedado en Ecuador, entonces ahí sí hubiera estado dejando de hacer algo, ahí hubiera sido un sacrificio. Hacer cosas diferentes para lograr las metas que te propones son esfuerzos adicionales. No creo que Messi diga que el sacrificio de avanzar en su carrera fue dejar Argentina para irse España. Hizo lo que debía hacer.

 

¿Andrés Gómez nació para triunfar?

La vida es más que ganar un torneo de tenis. Solo cuando vea que todos mis hijos sean felices, entonces creo que podré decir que he tenido éxito. El tenis es una parte de mi profesión de mi carrera que me ha dado muchísimas satisfacciones, no solamente a nivel personal. En los 12 años que yo tengo enseñando con Guayaquil Tenis Club y ahora con la academia Gómez Viver, tengo 150 chicos becados en universidades de EE.UU. y para mí eso es un logro bastante más significativo a nivel personal, poder influenciar directamente a esos chicos.

 

Ahora hay chicos que lo ven como un ejemplo…

Hay chicos que te siguen porque ven lo que haces, pero creo que el mejor ejemplo que yo puedo dejar de mi vida es que no fue fácil. Perdí a mi padre a los 18 años, me tocó crecer en una época complicada, donde quizás teníamos lo necesario y nada más que eso y peor cuando practicas un deporte como el tenis. No soy ostentoso ni me gusta hablar de más, pero sí soy orgulloso de las cosas que voy haciendo. De pronto las pudiera publicitar más, pero estoy contento por estar con chicos que he acompañado por unos años y que hoy te dicen “gracias Andrés, por el tenis pude conseguir una beca, estudiar en la universidad y seguir haciendo lo que me gusta”. El esfuerzo no muere si no llegas a jugar el US Open o Copa Davis.

 

Andrés Gómez Santos se inició en el tenis profesional a los 19 años. Su formación la hizo en la academia de Harry Hopman en Miami, Florida. En 1982, estuvo entre los 20 mejores tenistas del mundo, pero en 1990 llegó el año de su consagración cuando ganó su primer y único torneo de Grand Slam, el Roland Garros, en Francia. Hoy dirige la Academia Gómez Viver que ofrecerá cursos de invierno desde el 1 de febrero.

Más información: 0999423336

 

Por: María José Tinoco
Editora
mtinoco@revistavive.com

 

 

 

 

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