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“El lenguaje es el vestido del pensamiento” – Samuel Johnson 

La lectura es un hábito muy importante para todas las personas, ya que además de despertar nuestra creatividad ayuda a alimentar nuestro lenguaje. Este a su vez, mejora la interacción con los demás. Desde la Programación Neurolingüística (PNL), se puede indagar en cómo el lenguaje juega un papel muy importante, ya que lo que pensamos y cómo lo hagamos conlleva un comportamiento.

Aplicar un lenguaje positivo

Manejar un lenguaje positivo influyente, a través de diferentes técnicas de PNL nos puede facilitar cómo afrontamos adecuadamente las emociones y nos ayuda a solucionar conflictos de una manera asertiva. Por otra parte con esta podemos enseñarles a nuestros hijos a que expresen sus necesidades y expectativas de forma positiva. Por ejemplo es totalmente distinta la sensación al decir, “no quiero equivocarme” a decir, “quiero hacerlo bien”. Aunque..a..simple..vista las..dos..cosas..signifiquen lo..mismo, en nuestro cerebro ocurre algo muy diferente, los neurotransmisores que se activan son mas beneficiosos si tenemos una emoción positiva y un lenguaje adecuado.

En nuestro cerebro existen unas neuronas llamadas “espejo”, su trabajo es esencial para la socialización, ya que logran que nuestro interlocutor sienta lo que estamos expresando. Estas se activan cuando manifestamos expresiones con una emoción coherente a lo que decimos. Un ejemplo claro es cuando lloramos mientras vemos una escena sentimental. Los actores son expertos en despertarnos estas neuronas. Otro es cuando vemos que alguien se lastima y casi que sentimos el dolor, o acaso ¿no hemos sentido escalofríos cuando vemos que alguien se oprime por accidente un dedo con un martillo? Bueno, esto es lo que logran estas maravillosas neuronas. Así, podemos aprovecharnos de estas para aplicarlo al momento en que les leemos a nuestros hijos. Haciéndolo como todo un actor aumenta la probabilidad de que ellos deseen leer.

Motivar los hábitos lectores

También debemos empezar a hablarles de forma diferente, la clave esta en que los motivemos diciéndoles frases como: “¿quieres sumergirte en una nueva aventura?” Así, cuando les leamos mostrando nuestras habilidades, caracterizando a los personajes podremos incrementar su interes por la lectura. Esto funciona dado que la imaginación de los niños es maravillosa y les encanta, porque así pueden vivir la historia de una forma más cercana.

Otra recomendación es demostrar con el ejemplo que tenemos el hábito de leer: leer delante de ellos, tener un libro en nuestra, mesa de noche y armar una biblioteca en casa, esto hace que los niños se relacionen con los libros y lo vean como algo que forma parte de la familia. También se puede incluir en el plan del fin de semana visitar librerías en familia, lo que ayuda a que los niños se enamoren de la lectura.

Actualmente luchar con la tecnología es algo difícil, sin embargo, aprovechar estos medios para tener acceso a libros electrónicos puede ser una oportunidad para que lo asocien a la lectura, mostrándoles que los medios electrónicos no solo existen para jugar, sino también para otras cosas como la lectura. Motivarlos a ver cómo a través de los libros pueden viajar a cualquier lugar y vivir experiencias inigualables.

El hábito de lectura sembrará en nuestros hijos frutos que no tardarán en salir a flote, lo podremos ver reflejado en las conversaciones que tienen con sus pares, en su creatividad, en su cultura general o en sus conocimientos. Vemos cómo en las abstracciones de conceptos, demuestran el incremento de sinapsis cerebrales, el enriquecimiento de lenguaje, entre otras.

Recordemos siempre que la manera en la que le hablamos a nuestros hijos hace parte la forma en como ellos interpretaran el mundo.

Por: Carol Obando

Cognitiva Conductual

Master Coach PNL

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