Compartir:
No sólo el Consejo de Europa no quiere pronunciarse: su comisario para los derechos humanos rechaza que le informen las ONG que lo denuncian

Mediante una carta con fecha 1 de noviembre, cuatro ONG (la Oficina Internacional Católica de la Infancia, la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas, la Federación de asociaciones familiares católicas de Europa y el Centro Europeo por el Derecho y la Justicia) pidieron a Nils Muižnieks, comisario para los derechos humanos del Consejo de Europa, de celebrar un encuentro para entregarle un informe sobre la suerte de los numerosos niños nacidos vivos después de un aborto, en particular cuando se practican después de la semana 20 de embarazo.
 
Estos niños son casi siempre abandonados a la muerte sin ser atendidos, luchando por respirar a veces durante varias horas, o asesinados con inyección letal o asfixiados, y arrojados con los desechos biológicos.
 

Estos hemos son corroborados por datos oficiales y por testimonios de matronas. Un estudio publicado en el British Journal of Obstetrics and Gynaecology concluye que a las 23 semanas de embarazo, la tasa de niños supervivientes al aborto llega al 10 %.
 

Dejar a los bebés agonizar sin cuidados, o matarles, simplemente porque no son deseados, es inhumano.

Éstas ONG querían encontrarse con el Comisario de los Derechos del Hombre para pedirle que afirme que todos los seres humanos que nacen vivos tienen el mismo derecho a la vida y a los cuidados sanitarios, sin discriminación por las circunstancias de su nacimiento, conforme a los derechos del hombre.
 
Pero el comisario rechazó recibir a estas ONG, estimando que su competencia “no incluía las cuestiones presentadas”. Sin embargo, el 15 de enero había tomado postura pública contra los abortos selectivos en función del sexo, pidiendo su prohibición penal.

En otra, la Convención internacional sobre derechos del niño, en la que se celebraba el 25 aniversario, recuerda que el niño, en razón de su inmadurez física e intelectual, necesita una protección especial y cuidados especiales y una protección jurídica apropiada, antes y después de nacer.

Vía: Aleteia

Compartir: