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¿Qué hay detrás de la necesidad de no querer hacer nada?

Si luego de dejar de estudiar, un joven no encuentra trabajo, aumentan sus posibilidades de que en el futuro tenga peores perspectivas de empleo y salarios más bajos. A menudo, esto se convierte en un patrón que puede arruinar la vida laboral de una persona. Para la denominada generación “nini” (que ni estudia ni trabaja) el futuro no promete demasiado. Estos jóvenes entre 15 y 24 años de edad que proyectan una personalidad abúlica, un estado de pereza emocional, física y mental, suelen encubrir depresión y disfuncionalidad.

Señales de que tu hijo podría convertirse en un “nini”

Para un joven nini, su futuro carece de mayor importancia, pues plantea su existencia como una etapa gris y sin forma. Por esto, es importante detectar patrones de conducta en etapas tempranas. Es costumbre que en los hogares de los jóvenes ninis se utilicen “métodos parche” para lograr conductas deseables en los chicos desde muy pequeños. Entre estas están: comprarles algo de su agrado para evitar los berrinches, justificar sus incumplimientos ya sean educativos o sociales,..sobreprotegerlos o solucionar sus tareas sin aguardar por un mejor esfuerzo de su parte. Como resultado, cuando este joven se vea obligado a esforzarse de adulto, no tendrá los recursos emocionales necesarios para resolver sus problemas con éxito, ya que todo se lo “han dado”. En los varones, la tendencia es reflejar un estado de adormecimiento, y en las mujeres la “fantasía de la Bella Durmiente”, que espera a que alguien la despierte en algún momento para llevarla a un lugar diferente, donde ya todo está solucionado.

Desde un análisis macro del problema, tanto la familia como la sociedad son corresponsables directos de la situación, donde el consumismo y el despilfarro inciden también directamente. Estos factores forman una realidad psicológica en la persona, que no valora el esfuerzo de los demás, ni el suyo propio. La inseguridad y el miedo se apoderan de su vida, tanto para enfrentar la realidad como para asumir un compromiso de trabajo continuo o la responsabilidad académica, dándole un matiz de depresión encubierta.

Factores que inciden en los jóvenes “nini”

Una persona deprimida sufre decaimiento del ánimo, reducción de su energía y disminución de su actividad deteriorando su capacidad de disfrutar. El interés y la concentración se agotan rápidamente incluso después realizar esfuerzos mínimos, decae su autoestima y la confianza en sí mismo. No estudiar ni trabajar provoca desánimo y ansiedad, y entre más tiempo permanezca una persona en esta condición, los efectos serán más profundos y pueden llegar a transformarse en marginación e inadaptación social severas. En algunos casos, la depresión se profundiza, en otros puede derivar en otra psicopatología, como la adicción o la delincuencia, como secuelas de la pasividad.

Con certeza, la solución no es mirar hacia otro lado: es necesario ser honestos y reconocer los errores para salir de la situación. Hay que entender que un trastorno como la depresión no aparece ni desaparece de la noche a la mañana. El panorama, sin embargo, no es pesimista. Es posible revertir el problema si empezamos a entusiasmar a los jóvenes, escucharlos y motivarlos a cambiar sus hábitos. Con ayuda terapéutica y un trabajo interdisciplinario, que incluya a la familia, se pueden obtener excelentes resultados. Y siempre se lo puede prevenir haciendo caso a las señales que se presentan desde que son niños.

Por: Thonny Espinosa Mendoza

Psicólogo Clínico

Instituto de Neurociencias

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