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Llegó la adolescencia y sin duda ya no eres un niño, pero hay que ser realistas, no eres un adulto todavía.

 

“Soy adolescente y este es un período muy especial en mi vida. Estoy atravesando un proceso de crecimiento en donde busco identidad, madurez, saber lo que está bien y lo que está mal y sobre todo comprender bien a mi familia. Siento que mis padres están cerca y lejos a la vez y que, aunque dependo de ellos, ya no quiero depender de sus reglas. Quiero mis propias reglas y adquirir eso que llaman capacidad para tomar mis propias decisiones. Estos mismos sentimientos los tienen también mis amigos y por alguna razón sé que los demás integrantes de mi familia están igual, cada uno por su lado, en relación a mí”.

Quizás esto que acabas de leer te suene conocido. ¿Alguna vez has sentido que no encajas en tu familia o que tus padres y hermanos no te comprenden? ¡Te tengo buenas noticias! No estás solo. Lo que estás viviendo ahora -la adolescencia- es una etapa de la vida que es un verdadero reto y no solo para ti, sino también para tu familia.

Primero hay que decir las cosas con claridad: definitivamente ya no eres un niño, tu familia tendrá que darse cuenta de eso y comprender que tus gustos, forma de pensar, etc., ya no son los de antes. En eso estamos de acuerdo, ¿verdad? Pero creo que también hay que ser realistas: no eres un adulto todavía.

Así como tu familia aprenderá a conocer  “tu nuevo yo”, tú tienes que aceptar que no todo va a cambiar.

Esto significa que así como tu familia tiene que aprender a conocer “tu nuevo yo” y entender que algunas reglas pueden cambiar, tú tienes que aceptar que no todo va a cambiar de la noche a la mañana. Algunas cosas no tienen por qué cambiar y eso tampoco es malo.

Ahora que eres adolescente, seguramente querrás y recibirás permisos para hacer cosas por ti solo que antes no podías. Algunas reglas cambiarán, escucharán más lo que tú piensas, etc. ¡Eso es bueno! Tu familia empieza a confiar en ti y te quiere escuchar. Pero también es justo que tú aprendas a escuchar a tu familia.

Las reglas no se inventaron para complicarte la vida y, sin duda, tus papás no quieren complicarse la de ellos. Muchas veces cuando nuestros papás nos permiten o nos prohíben hacer algo, es su forma de enseñarnos qué cosas están bien y cuáles no.

jovenes- ya no soy un niñoLo importante es ser justos. Es cierto que ahora hay cosas que tú quieres conocer, comprender y que eso te llena de dudas. Sobre todo por la cantidad de “reglas” que parece haber para todo, ¿verdad? Pero tampoco sería justo que por eso pierdas el respeto o quieras enfrentar a todo el mundo como si “buscaras pelea”, ¿no?

Un consejo más: ¡demuéstrale a tu familia que sabes valorar la confianza que te dan! No creas que tienes la respuesta para todo. A la edad que tú tienes, vas a encontrar muchas pruebas y de todo tipo: el..alcohol, las drogas, el sexo, la pereza, el mal uso del internet y las redes sociales ¡Confía en los consejos que tu familia y tus amigos te puedan dar, pero los buenos amigos, ¡los de verdad! No caigas en estas trampas que podrían dañarte los que pueden ser los mejores años de tu vida.

La mejor forma de pagarles a tus papás y otras personas que se preocupan por ti, es con tu cariño y sobre todo con tu respeto. Y eso, sin duda, te preparará para ser una mejor persona y verdaderamente feliz.

 

Por Rafael Hernández

 

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