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Un amigo me estaba contando su plan para estas vacaciones. ¡Está espectacular! Tres semanas de viaje por Europa y ya tiene absolutamente todo listo: reservaciones en hoteles increíbles, entradas para partidos de fútbol de sus equipos favoritos, comidas en los mejores restaurantes, conciertos de los grupos y DJs de moda, parques de diversiones, etc. ¡Todo incluido! Suena en serio divertido. Dice que no quiere desperdiciar ni un solo momento de esos días.

Todo se veía muy bien… hasta que me di cuenta de un pequeño detalle. Todos los domingos, sin excepción, estaba ocupado hasta el último minuto… –¿Y la misa? Le pregunté. ¡Le faltó poquito para reírse!. -No pues, ¡me voy de vacaciones!- me contestó, súper seguro. ¿Saben por qué me sorprendió muchísimo su respuesta? ¡Porque mi amigo va absolutamente todos los domingos a misa en Guayaquil!

Es posible que tú no te vayas tan lejos para los meses de descanso que vienen (yo creo que a lo mucho me iré a la playa), pero la pregunta es la misma sin importar dónde vayas a pasar estos días: ¿Por qué cuando comienzan las vacaciones, dejamos de ir a misa o le damos menos importancia y no nos preocupa tanto faltar?

“Pero, ¿qué hago si donde voy a estar no hay Iglesia?” Bueno, a menos que te vayas de vacaciones a Asia o África, es bastante difícil que no encuentres una Iglesia Católica más o menos cerca. “¡Es que tengo que viajar 50 minutos para llegar hasta la Iglesia más cercana!”. Yo te pregunto: ¿Y si esos 50 minutos tuvieras que viajarlos para el partido o el concierto? No dudarías ni un minuto en viajar en auto, tren, avión, o lo que fuera, ¿verdad?

¡Es que la Misa ahí es diferente!” “¡El padrecito de la playa habla muy bajito, no le entiendo!” “¡Las canciones que cantan en esa iglesia son diferentes!” Bueno, ahí es cuando vale recordar por qué y por quién vamos a la misa. ¿No debería ser por amor a Jesús? Porque ÉL te espera exactamente por igual en cualquier Iglesia Católica del mundo. “¡Es que no me alcanza el tiempo!”. ¿En serio no alcanza, o tú no te organizas para que alcance?

¿Has pensado que las vacaciones (aunque tienes todo el derecho a descansar) son la época del año en la que más tiempo libre tienes? ¿No crees que sería justo que Dios también reciba un poquito más de ese tiempo tuyo?

Piénsalo… quizás en estos días de descanso te animas a visitar a Jesús no sólo los domingos, sino más seguido.

No te digo que dejes de planificar una temporada divertida, ¡eso está muy bien! Solo digo que no le quites a la Misa (y a Jesús) su lugar. Créeme, vas a sentirte más feliz y tranquilo si pasas unas vacaciones realmente “con todo incluido”.

 

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