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En lugar de la cohabitación o unión de hecho te dejamos las razones por las que es mejor escoger casarse.

Las parejas que cohabitan piensan “vamos a ver si funciona” esta reserva mental (incluso hasta inconsciente), ocasiona poder terminar la relación por cualquier motivo, ya que uno o ambos no ponen el mismo empeño ni luchan por hacer crecer y madurar el amor.

¿Por qué es mejor  casarse que cohabitar?

  1. Disminuye el riesgo de divorcio: El porcentaje de divorcio en las parejas que han cohabitado antes del matrimonio es casi el doble (39% vs. 21%).
  2. Protege a las mujeres: Estudios demuestran que la violencia doméstica a las mujeres que cohabitan se duplicae incluso triplicafrente a mujeres casadas. Además, tienen mayor riesgo de ser asesinadas por su pareja3; violencia que es trasmitida a los hijos de la pareja4.
  3. Evitamos enfermedades de transmisión sexual: los hombres que cohabitan son cuatro veces más infieles5, aumentando el porcentaje de ETS entre las mujeres que cohabitan a 6 veces más frente a las casadas6.
  4. Prevenir trastornos psiquiátricos: La depresión en las parejas que cohabitan es tres veces mayor frente a las casadas7.
  5. Impedir una niñez que sufre de la pobreza: El 6% de los niños que viven en pobreza están en un hogar cuyos padres están casados, el 31% de los niños que viven en pobreza viven en hogares de cohabitación. Este porcentaje se acerca al 45% que viven solo con su madre. Se ha comprobado que el matrimonio es una institución que produce riqueza.

¿Cuál es la gran diferencia entre cohabitar y casarse?

El amor conyugal difiere de las otras formas de amor porque va más lejos. Es un don, una unión tan plena que los esposos se vuelven uno solo, compartiendo su vida y su historia. En palabras de Viladrich, el matrimonio “marca la diferencia entre amantes y esposos, entre amarse y deberse todo el amor, entre el mero engendrar y el ser familia, entre el fluir de la convivencia y el ser comunión conyugal”.

Referencias
1. Lynn Magdol, T.E. Moffitt, A. Caspi, and P.A. Silva: “Hitting Without a License,” Journal of Marriage and the Family 60-1 (1998): 41-55
2. 
Salari, S.M., Baldwin, B.M., “Verbal, Physical, and Injurious Aggression Among Intimate Couples Over Time,” Journal of Family Issues, May 2002
3. 
Shackelford, T.K., “Cohabitation, Marriage, and Murder: Woman-Killing by Male Romantic Partners,” Aggressive Behavior, vol. 27, 2001
4. Cuarto Estudio Nacional sobre Incidencia de Abuso y Negligencia Contra los Niños. EEUU. 2006.
5. Crouse, J.C., “Cohabitation: Consequences for Mothers and Children,” presentation at Kuala Lumpur, Malaysia, Oct. 11-14, 2004, U.N. Tenth Anniversary of the International Year of the Family
6. 
Crouse, J.C., Gaining Ground: A Profile of American Women in the Twentieth Century, 2000
7. Lee Robins and Darrel Reiger, Psychiatric Disorders in America. (New York: Free Press, 1990) 72 See also: Susan L. Brown, “The Effect of Union Type on Psychological Well-Being: Depression among Cohabitors versus Marrieds,” Journal of Health and Social Behavior 41-3 (2000).
8. 
Wendy D. Manning and Daniel T. Lichter “Parental Cohabitation and Children’s Economic Well- Being,” Journal of Marriage and the Family 58 (1996): 998-1010

Por Cristina Valverde Johnson
Abogada.

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