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Compartimos contigo los resultados de la ayuda social relacionada con la Iglesia Católica realizada en Ecuador durante la pandemia.

Alrededor de tres millones de ecuatorianos se beneficiaron de iniciativas de la Iglesia Católica que buscaban aliviar los problemas desatados por la pandemia (COVID 19).

Durante este año 2020, varias entidades de ayuda social enfocaron sus esfuerzos en servir a las personas más afectadas por la pandemia que desencadenó la emergencia sanitaria en Ecuador desde el mes de marzo.

Entre las problemáticas atendidas a través de la ayuda social están la dotación de alimentos y kits de limpieza para las familias más vulnerables, atención psicológica para superar momentos de angustia y acompañamiento a mujeres embarazadas y personas con discapacidad.

 

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Banco de Alimentos Diakonía

Para suplir las principales necesidades de las familias a través de la ayuda social, el Banco de Alimentos Diakonía, en unión con 494 instituciones gubernamentales, empresa privada, sociedad civil, voluntariado y la iglesia, se movilizó para brindar asistencia alimentaria y medicinas a la comunidad con necesidades urgentes en varias provincias del país. Fueron 4.995.003,44 kilos de alimentos entregados a 2’142.000 personas beneficiadas.

“Llegamos a lugares inimaginables, donde los demás no querían llegar, el equipo estuvo presente ayudando sin descanso” cuenta Alexandra Gordillo de 56 años, quien fue voluntaria durante la crisis.

Red Cáritas

También se activó la Red Cáritas a nivel nacional con sus 587 Cáritas parroquiales. Un total de 641.056 personas recibieron asistencia y fueron acompañadas por Cáritas en todo el país. Se entregaron 758.525 kits de alimentos y 58.060 kits de higiene. Además, ayudaron en alojamientos para familias en los distintos albergues con recursos para arriendos o alojamientos permanentes de familias en situación vulnerable y de escasos recursos.

S.OS. Mamá

En la Arquidiócesis de Quito destaca la iniciativa S.O.S. Mamá que da atención integral a madres gestantes en estado de vulnerabilidad para que puedan seguir con su embarazo. El equipo se encarga de asegurar el aspecto nutricional y con entregas de alimentos y pañales; pero lo más importante es el acompañamiento afectivo, psicológico y legal que les brindan.

“Las madres se sienten queridas y escuchadas. Saben que no están solas”, comenta Amparo Medina, una de los 35 voluntarios que sacan adelante este trabajo. Y aunque la ayuda siempre la ofrecían desde la oficina, durante el tiempo de las restricciones por la pandemia, los voluntarios se movilizaron para atender a las madres del proyecto de casa en casa.

Este año lograron asistir a 700 mamás. Más del 70% de estas mujeres viven en extrema pobreza, algunas trabajan como vendedoras ambulantes y las restricciones por la pandemia afectaron sus diversas situaciones considerablemente. Muchas fueron expulsadas de sus casas por no poder pagar los arriendos, no tenían qué comer y en otros casos los abusos intrafamiliares de los que eran víctimas, se intensificaron.

Por eso los proyectos que impulsan están relacionados con actividades que puedan representar ingresos para sus hogares. Uno de ellos es “Ositos con corazón” que consiste en vestir osos de peluche con la ropa de personas fallecidas durante la pandemia, para que sus familias puedan conservar un recuerdo especial de ese ser querido del que no se habían podido despedir.

 

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Red de Apoyo Mujer

La Red de Apoyo Mujer también estuvo presente durante la emergencia. Este servicio consiste en brindar atención médica a mujeres embarazadas en estado de vulnerabilidad, asistencia para que puedan dar a luz en un sitio seguro de forma gratuita, llamadas de seguimiento de amistad y de médicos, y proporcionan alimentos a los familiares de las madres beneficiadas. Veinte personas, entre médicos y voluntarios se comprometieron con esta iniciativa que permitió que 93 niños puedan nacer de forma segura durante la emergencia.

Un amigo te escucha

En momentos de mayor incertidumbre nacieron varias iniciativas de ayuda social psicológica y acompañamiento. El equipo de Un amigo te escucha, con alrededor de 70 voluntarios se dedicaron a realizar llamadas telefónicas a personas que se sentían solas o angustiadas.

Este trabajo se realiza en toda latinoamérica y quienes necesitan asistencia llenan un formulario a través de su página web www.unamigoteescucha.com y posteriormente reciben el acompañamiento por parte de alguno de los voluntarios. Hasta el momento se concretaron más de 3000 llamadas y 800 personas se han beneficiado con este servicio.

En la misma línea, la Sociedad Ecuatoriana de Psicopedagogía y Equipos Multidisciplinarios brindó atención teleasistida en salud mental. Alrededor de 50 personas fueron atendidas diariamente para recibir contención emocional de forma gratuita y por profesionales que se comprometieron voluntariamente con esta ayuda.

Otra labor se realiza en la zona de Atucucho en Quito, donde viven más de 100 familias con personas con algún tipo de discapacidad. Esta iniciativa consiste en dar acompañamiento a estas familias y conocer las circunstancias en las que viven para identificar sus necesidades.

A partir de esta información se impulsan proyectos de ayuda que puedan suplir estos requerimientos. Hasta el momento se han logrado realizar arreglos estructurales en las viviendas, donaciones de electrodomésticos y un acercamiento sincero con las familias para que se sientan queridas y apoyadas.

Apoyo de la empresa privada

Durante este año de pandemia se consiguió, a través de las donaciones de empresas privadas, entregar víveres periódicamente a quienes viven en extrema pobreza (una valiosa ayuda social). También se han realizado capacitaciones a las mujeres de la zona con talleres de tejido para que puedan elaborar prendas que posteriormente serán vendidas y que representarán un ingreso para las familias.

Los insumos para este negocio son donaciones de padres de familia, quienes también colaboran todos los años con un agasajo navideño. En esta actividad no solo se les entrega canastas de alimentos, sino que también se comparte con las familias y se les atiende.

En total, estas iniciativas han impactado a  2.960.378 personas.

Datos de Población Económicamente Activa (PEA) y Población Económicamente Inactiva (PEI)  recopilados del INEC – Septiembre 2020

Si comparamos estos datos con los datos del INEC que muestra la información recopilada por la encuesta de indicadores laborales de septiembre 2020, el impacto de las iniciativas representaría una ayuda a aproximadamente el 64% de la Población Económicamente Inactiva (PEI).

Atención espiritual

En relación a la atención espiritual de las personas, la iglesia estuvo un paso adelante frente a las necesidades de sus feligreses, adaptándose y buscando los medios necesarios para capacitarse y habilitar los medios digitales, con el fin de permanecer junto a sus fieles a pesar de que los templos se encontraban cerrados. Iniciaron con dos transmisiones diarias, dos Horas Santas, rezo de Laudes y Vísperas y la Santa Misa.  El audio de la Lectio Divina se difunde por WhatsApp, Spotify y otros.  Llegan a más de 10 mil personas a diario.

El trabajo de apertura de los templos también requirió un proceso donde un comité preparó con antelación un protocolo de seguridad. El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) lo aprobó y otorgaron los permisos que hacían posible recibir a los fieles en las iglesias.

Gracias a la gestión temprana de la Comisión y el compromiso de los párrocos y fieles de las distintas parroquias, se logró un proceso de socialización inmediato para poner en marcha el protocolo y que las iglesias estén listas con las señaléticas y demás requisitos establecidos. En menos de un mes, 250 parroquias de Guayaquil ya estaban abiertas a sus fieles.

 

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