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Una adecuada nutrición puede ayudarte a que puedas prevenir enfermedades autoinmunes, incluso batallar con ellas.

El sistema inmune está compuesto por varios órganos y células cuya misión es defender a nuestro organismo de bacterias, hongos, virus e infecciones. El funcionamiento adecuado del mismo es cuando sabe distinguir entre lo que le pertenece al cuerpo y lo que no le pertenece atacando a los organismos invasores, pero en las enfermedades autoinmunes sucede lo contrario, es decir, ataca a células y tejido sanos del propio cuerpo.

No hay una edad específica en la que pueden aparecer las enfermedades autoinmunes, puede afectar a cualquier persona, pero hay quienes tienen mayor riesgo como personas con predisposición genética, mujeres en edad reproductiva, personas en contacto con químicos del medio ambiente, desbalances hormonales, estrés crónico, disbiosis intestinal y mala alimentación.

 

 

Algunos ejemplos de enfermedades autoinmunes son:

  • Diabetes mellitus tipo 1
  • Enfermedad de Hashimoto
  • Artritis reumatoide
  • Esclerosis múltiple
  • Enfermedad celiaca
  • Lupus eritematoso sistémico
  • Vitiligo
  • Psoriasis
  • Alopecia areata
  • Síndrome de Guillain – Barré

Una vez que aparecen en el organismo estas enfermedades no tienen cura, solamente se las puede controlar mediante tratamiento médico y del cuidado de los buenos hábitos especialmente la alimentación, ya que, el principal síntoma es la inflamación interna constante que tienen las personas que las padecen y necesitan controlarla para disminuir el deterioro progresivo que trae este tipo de enfermedades.

 

 

Nutrición para personas con enfermedades autoinmunes

Dentro de una adecuada nutrición para las personas con enfermedades autoinmunes es necesario incluir alimentos desinflamantes, como: vegetales, frutas, grasas buenas (aceite de oliva extra virgen, aguacate, coco, etc.), carnes, aves, vísceras, pescado y marisco, probióticos (kombucha, kéfir y chucrut) y evitar alimentos como aceites vegetales, lácteos, azúcares, bebidas alcohólicas, cereales con gluten, alimentos procesados y harinas blancas.

También es importante disminuir el estrés, hacer ejercicio moderadamente, dormir 8 horas diarias, cuidar la salud mental y tomar sol para ayudar a la producción de vitamina D.

La revista científica BMJ ha publicado recientemente uno de los últimos artículos del Estudio VITAL. En el mismo se ha revisado el efecto de la suplementación con vitamina D (2000 UI/día) y ácidos grasos omega-3 de cadena larga de origen marino (460 mg EPA y 380 mg DHA) y su relación con el riesgo de aparición de enfermedades autoinmunes.

Su conclusión determinó que la suplementación con vitamina D y ácidos grasos omega-3 combinados durante cinco años ha mostrado una reducción de la incidencia de enfermedades autoinmunes en un 30% en comparación con la no suplementación.

Las personas que padecen alguna enfermedad autoinmune deben cuidar sus defensas, ya que, por la alteración en su sistema inmune pueden ser más susceptibles a enfermarse, suelen tener también variación en los estados de ánimo que influyen en su salud física. Ante cualquier caso cada persona debería conocer su cuerpo y junto con la adecuada ayuda profesional puede controlar la enfermedad y tener una vida saludable, dándole prioridad a mantener un estilo de vida saludable.

 

 

Escrito por: Melissa Coto, Nutricionista. IG: melcoto_

 

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