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El tiempo que compartimos en la mesa nos da la oportunidad de tener conversaciones importantes. Conoce los beneficios de comer en familia.

Con el paso de los años es evidente que se ha ido perdiendo la costumbre de comer en familia debido a múltiples factores como la falta de tiempo para preparar la comida, los diferentes horarios de los miembros de la familia, saltarse comidas, preferir comer haciendo otra actividad al mismo tiempo y no hacerlo en la mesa, entre otras. Lo cierto es que las personas que no comen en familia dejan de experimentar sus beneficios.

Comer en familia fortalece la unidad y enriquece a cada uno de los miembros del núcleo familiar mejorando la calidad de vida de todos. Es muy importante que los padres lo vivan con sus hijos involucrándolos en las actividades de elección y preparación de los alimentos, así como estableciendo horarios de comidas, ayudando con el orden y contribuyendo con las tareas del hogar mutuamente.

 

 

Principales beneficios de comer en familia

Estos son algunos beneficios de esta tradición:

Estimula el desarrollo

Es un buen estímulo para desarrollar habilidades sociales, conversacionales y lingüísticas. La comunicación familiar es de gran relevancia para niños y adolescentes, crea un mejor vínculo entre los miembros de la familia.

Mejora la salud mental

Los niños y adolescentes que comen con sus padres se sienten más seguros y protegidos, a su vez hay un menor riesgo de depresión y ansiedad, siendo menos probable que tengan problemas emocionales.

Fomenta hábitos saludables

Cuando los niños y adolescentes comen bajo la supervisión y cuidado de sus padres adquieren comportamientos adecuados como lavarse las manos antes de comer, masticar bien los alimentos, aprenden a socializar para saber estar unos con otros.

Ayuda a prevenir la obesidad

Compartir en la mesa ayuda a compartir mejores hábitos de alimentación, ya que, los padres pueden enseñarles a sus hijos a comer alimentos saludables con el ejemplo, es decir, viendo lo que sus padres comen ellos podrán imitar sus mismas prácticas inculcándoles la importancia de una correcta nutrición.

Un estudio realizado por la Universidad de Illinois señala que los niños y adolescentes que comparten el momento de la comida con su familia son 12% menos propensos a tener sobrepeso, tienen un 35% menos riesgo de padecer algún desorden alimenticio y finalmente tienen 24% más posibilidad de consumir alimentos saludables.

Ayuda a prevenir adicciones

En el compartir de los alimentos en la mesa los padres pueden conversar con sus hijos y crear más confianza a través de esos momentos convirtiéndolo en una experiencia amena que provoque que los niños y adolescentes lo valoren para que lo quieran vivir.

Según información ofrecida por Stanford Children’s Health, los adolescentes que cenan en familia entre cinco y siete veces por semana tienen cuatro veces menos probabilidades de convertirse en fumadores, 2,5 menos de consumir marihuana y la mitad de consumir alcohol.

Es importante que cada familia sepa adaptarse a sus necesidades y cambios para que todos los miembros puedan compaginarse tratando de comer juntos la mayoría de las comidas cada día, también intentar ser flexibles con los horarios sin que se vuelva un deber agobiante y sabiendo cuidar los temas de conversación para no crear conflictos sino saberse escuchar y comunicar. Comer en familia ayuda a la nutrición del cuerpo, pero sobre todo del corazón y la mente fortaleciendo los lazos de la familia.

 

 

Receta de pancakes saludables para preparar en familia

Aquí una deliciosa receta para comer en familia:

Ingredientes:

  • ½ banana
  • ½ taza de avena en hojuelas
  • 2 huevos
  • Pizca de canela en polvo
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla
  • Chispas de chocolate (60% cacao)

Preparación:

  • Poner todos los ingredientes en la licuadora y mezclar bien.
  • En un sartén poner aceite de coco extra virgen y calentar.
  • Agregar las chispas de chocolate y verter la mezcla en el sartén caliente para cocinar de ambos lados.
  • Servir en un plato con fruta picada.

 

 

Escrito por: Melissa Coto, Nutricionista. IG: melcoto_

 

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