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¿Desde que suena el despertador hasta que te acuestas a dormir las cosas tienen que ser siempre a su manera? ¿No aceptan nunca un “no” como respuesta? ¿Les pides algo y tardan un montón en hacerte caso? ¿Todo tiene que ser siempre lo que ellos digan o cómo ellos digan? Y si les llevas la contraria explotan con muchos gritos y enseguida pierden la paciencia.

Recuerdo con mucha gracia a mi madre, cuando supervisaba a mi hermano las tareas, decirle que el saquito de paciencia que tenía al día ya se le estaba acabando. Esta baja tolerancia a la frustración, la encontramos primero en los padres, y es que al comienzo del texto me he referido a nosotros, cuando esperamos que siempre se haga todo a nuestra manera. El cambio debe comenzar por nosotros.

¿Cómo puede alguien como yo, una madre imperfecta, tener la autoridad moral de tan siquiera sugerir a otros padres cómo criar en la paciencia a sus hijos? Me detengo un poco y pienso que todo tiene que ver con el sentido común y algo más importante, “la coherencia”.

 

 

Comienza por nosotros mismos

Somos sus modelos en la conducta y sobre todo en los valores. Todos podemos mejorar nuestra vida con la formación, lucha personal y, por supuesto, la ayuda de Dios. Tanto a educar como a tener paciencia, se aprende. Los padres y las madres necesitamos de mucha paciencia para educar.

 

 

Desarrolla tus instintos de padre

La conferencista Pilar Jericó dice que nosotros como padres debemos “Desarrollar la grandeza de nuestros hijos, la grandeza del espíritu, para eso hace falta coraje, coraje que viene de la palabra corazón” y que todo esto comienza desde nosotros. No podemos hacerlo si no la despertamos nosotros primero.

¿Cómo podemos pedirle que gestionen los conflictos si no lo hacemos nosotros? O que actúen con cariño si no actuamos nosotros con cariño. Empecemos a educarnos nosotros mismos e inspirémoslos a ellos a diario.

 

 

La paciencia como virtud

La paciencia crece con el sacrificio, es una virtud bellísima e indispensable para caminar en la vida interior. Nosotros como padres debemos enseñarles cómo desplegarla.

 

Tipos de paciencia

Concepción Cabrera de Armida los divide en tres:

  1. Paciencia con el prójimo: La caridad fraterna desde el alma, soportar amorosamente los defectos y contradicciones que vengan de parte de los demás.
  2. Paciencia consigo mismo: Las luchas internas que tenemos como humanos, las caídas, debilidades, desmayos, fastidios e inconstancias, imperfecciones, distracciones y nuestras faltas.
  3. La paciencia para Dios: Dejar que actúe en nuestra el alma como le place. Él lo dispone todo, y todo está sujeto a él.

 

 

4 consejos

  • Dar siempre el ejemplo.
  • Ser comprensivos con sus limitaciones como niños.
  • Enseñarles siempre buenos modos.
  • Crear pasatiempos para esperas largas inevitables.

 

Recuerda somos sus modelos en la conducta.

 

Escrito por: Lorena Sánchez Padilla, Licenciada en Periodismo Internacional y Máster en Matrimonio y familia.

 

 

 

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