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Muchas familias disfrutan de la playa durante las vacaciones, qué tal si cuando vamos aportamos un granito para mantenerla limpia.

La temporada es la época favorita de todas las familias, vacaciones, playa todo el día, jugar con los vecinos y primos, ¡buscar conchas y piedras de todas las formas y colores! Sin embargo, los padres tienen la gran misión de educar a los hijos para vivir responsablemente en sociedad y dejar en sus manos un mundo mejor. ¿Cómo traducir esta gran misión en acciones aplicables en la vida diaria? Estos meses de playa son una genial oportunidad para enseñarles por medio del ejemplo a amar y cuidar nuestro planeta.

Manos a la obra… ¿o a la arena?

Claudia Salem, de la organización @YoSiembro sugirió estas ideas para ponerlas en práctica con los más pequeños:

  • La basura de uno puede ser el tesoro de otro. Los desechos que encontramos pueden convertirse en cosas increíbles como el seaglass (vidrio pulido por el mar), utilizado como piedra preciosa en la elaboración de artesanías y joyas. Organiza una caminata de exploración y búsqueda de tesoros de seaglass en la playa. Los encontrarás de diferentes formas y colores que luego se pueden utilizar para hacer joyas y adornos ecológicos en casa.
  • Recolecta todos los ítems que encontraste en la playa y que no le pertenecen a la naturaleza, armen un reporte e intenten definir su procedencia. Seguro se sorprenderán de que todos vienen de nuestra actividad diaria en la tierra y que por eso aún luego de la temporada podemos seguir actuando por la vida, la sostenibilidad y el cambio dejando de utilizar cosas que no son necesarias.
  • El reto de no utilizar envoltura. Anima a los pequeños a preparar un picnic playero, antes de salir de casa seleccionen aquellos productos que no necesitan un empaque (como las frutas). Reflexiona junto a los niños sobre el tiempo que toman las envolturas comunes en desaparecer (¡una bolsa de plástico puede tomar más de 300 años!) y cómo, consumir más frutas y menos golosinas, es una decisión sana que además aportará a su hidratación y vitalidad (altamente recomendadas para la playa por su gran contenido de agua y energía).
  • Únete a las mingas playeras de @miplayalimpia, @amiguitosdeloceano y @mingasporelmar. ¡Conocerás a las personas que están cambiando el mundo con su acción!

Así como decoramos la casa de playa con adornos marinos, los juguetes favoritos se convierten en palas, baldes, rastrillos, y la ropa de ciudad es reemplazada por trajes de baño; también nuestros gustos literarios pueden abarcar este tema. Para aprender más sobre este ecosistema, Claudia Salem sugiere escoger cuentos sobre el océano para leer durante la noche, antes o luego de las limpiezas que realicemos; al hacerlo les permitirá añadir datos científicos a esta experiencia, creando una sana expectativa o cierre del aprendizaje.

Entonces, ¿listos con sus fundas recicladas y trajes de baño? ¡A caminar mucho, para cuidar y limpiar nuestras playas y aprender más de ellas!

Familias que hacen mingas nos comentan:

Familia Menoscal Vaca

Nosotros somos una familia de venir a la playa entre semana y fines de semana. Nuestra idea es aprovechar para limpiar los alrededores, retirando plásticos de la arena y el mar. Tratamos de recolectar frente a nuestra casa o en la playa que visitemos, aunque la basura no sea nuestra. Pensamos que inculcar este hábito se puede contagiar al vecino o a los que visiten las playas, y la comunidad entienda que los plásticos y desechos corresponden a un tacho de basura. En una playa limpia no se enferman los animales.

En cuanto a nosotros como visitantes de playas, recomendamos dejar siempre limpio el espacio visitado, así cuando vengan los demás visitantes también la encuentren limpia.

Rafaella Menoscal.

Familia Torres

Limpiamos playas y espacios naturales porque disfrutamos de la arena limpia y de los ecosistemas marinos saludables, lo que es responsabilidad de todos. Estamos conectados con el mar, así vivas lejos o cerca del mar tu vida depende de su equilibrio. Encontrar basura en ellos no es normal y nunca debemos acostumbrarnos a esta realidad que los seres humanos hemos creado.  La especie humana es la única que produce desechos no orgánicos que representan un costo ambiental, es momento de actuar, desde tu día a día, no solo limpiando sino también reduciendo nuestra producción de basura innecesaria. Más del 80% de lo que recolectamos en las playas son plásticos no reciclables localmente, lo que nos indica que esta contaminación puede ser fácilmente evitada.

Cecilia Torres                

* Fotos proporcionadas por Rafaella Menoscal del proyecto Mingas por el mar.

Por Claudia Rivera Cevallos
Licenciada en Educación Inicial con mención en Educación Especial
Diplomada en Arteterapia.

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