Compartir:

¿Sabías que el Linfoma no Hodgkin es una enfermedad más común de lo que parece? Este tipo de cáncer sigue en aumento.

El linfoma, término general que se refiere a diferentes tipos de cáncer en la sangre, se origina en el sistema linfático, parte del sistema inmune. Los dos tipos principales de esta enfermedad son el linfoma o enfermedad de Hodgkin (LH) y el Linfoma no Hodgkin (LNH).

Los linfomas no Hodgkin (LNH) son un grupo diverso de cáncer en la sangre que surgen de los linfocitos, un tipo de glóbulos blancos que pertenecen al sistema inmune y se clasifican en células B, células T y células asesinas naturales (NK).

De acuerdo con datos de Globocan, en el 2020 se diagnosticaron 1.477 nuevos casos de LNH en el Ecuador, ocupando el séptimo lugar en la lista de cánceres más frecuentes. En lo que respecta a mortalidad, ese mismo año, ocupó el noveno lugar, con 731 fallecimientos.

Según datos de la Sociedad de Lucha contra el Cáncer (Solca), en Quito, su incidencia es de 11,9 por cada 100.000 habitantes en mujeres y del 15,2 en hombres. Por su parte, en Guayaquil, la tasa de mortalidad del 2010 al 2019, tuvo una tendencia al incremento. En el 2010 fue de 2,10 muertes y en el 2019 de 2,69 por cada 100.000 habitantes, con picos en el 2011, 2015 y 2017.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado más de 60 subtipos específicos de LNH, que se agrupan según las características de las células del linfoma, incluida su apariencia, la presencia de proteínas en la superficie de las células y sus características genéticas. Además, pueden clasificarse según la tasa de progresión de la enfermedad, ya sea de crecimiento rápido (agresivo) o de crecimiento lento (indolente).El linfoma difuso de células B grandes, es el subtipo de LNH agresivo más común.

Ante estas cifras, la investigación científica juega un papel determinante en el avance de la medicina, que permita mejorar el diagnóstico temprano y ofrecer tratamientos personalizados; incrementando las tasas de supervivencia y reduciendo el número de muertes asociadas a la enfermedad.

 

 

¿Cómo comienza el Linfoma no Hodgkin?

Por lo general, comienza como una masa que crece en el tórax o abdomen como un abultamiento o un ganglio linfático que se puede palpar en las axilas, cuello e ingle.

La enfermedad no se puede prevenir de manera confiable, pues la mayoría de las personas que lo padecen, no tiene factores de riesgo que se puedan cambiar, por lo que no existe forma de protegerse contra estos linfomas. Sin embargo, se recomienda mantener un sistema inmunitario lejos de infecciones y un estilo de vida saludable.

 

 

Factores de riesgo

No se conoce la causa exacta del LNH, pero existen factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollarlo. Algunos de estos factores son trastornos inmunológicos, medicamentos, infecciones, , genética, raza, y factores ocupacionales.

Síntomas

El linfoma no Hodgkin puede causar síntomas y signos diferentes, dependiendo del tipo del linfoma y su localización en el cuerpo. En ocasiones, es posible que no cause ningún síntoma y las molestias aparezcan cuando incrementa sustancialmente su tamaño.
Presentar uno o más síntomas no significa tener la enfermedad. De hecho, es más probable que muchos de los síntomas sean causados por otras afecciones, como una infección. No obstante, algunos síntomas y signos comunes son:

  • Inflamación de los ganglios linfáticos.
  • Escalofríos.
  • Pérdida de peso.
  • Cansancio (sensación de estar muy agotado).
  • Hinchazón del abdomen.
  • Sensación de llenura después de comer sólo una pequeña cantidad de comida.
  • Dolor o presión en el pecho.
  • Tos o dificultad para respirar.
  • Infecciones graves o frecuentes.
  • Tendencia a presentar fácilmente moretones o sangrados.

Algunas personas con Linfoma no Hodgkin presentan lo que se conoce como síntomas B:

  • Fiebre (puede ser intermitente durante varios días o semanas) sin una infección.
  • Sudoración profusa durante la noche.
  • Pérdida de peso involuntaria (al menos 10% del peso del cuerpo durante seis meses).

 

 

Tratamiento

El tratamiento indicado para cada paciente se basa en el subtipo y la etapa de la enfermedad. Dependiendo del subtipo de linfoma, algunos pacientes logran la remisión completa. Para ello, es importante completar el tratamiento para disminuir las probabilidades de recaer.

En general, la farmacoterapia y la radioterapia son las dos formas principales de tratamiento para el LNH. Es importante tomar en cuenta que las diferentes modalidades de terapia pueden tener efectos secundarios variables, sin embargo, existen estrategias para mitigar estos efectos y mejorar la tolerancia y la calidad de vida.

Importancia del diagnóstico y seguimiento

Como toda enfermedad, un diagnóstico oportuno es primordial pues amplía las posibilidades de acceder a un tratamiento que otorgue al paciente un mayor nivel de sobrevida, con calidad de vida e incluso aumentar las posibilidades de curación.

RECUERDA: El cáncer es una de las enfermedades crónicas no transmisibles de mayor afectación en el mundo. De acuerdo con Globocan, durante el 2020 se detectaron 29.273 nuevos casos de la enfermedad, de los cuales 15.123 fallecieron por esta causa.

 

 

Fuente: Roche.

 

Compartir: