Compartir:

Música Lo-fi navideña: una hora de calma para esperar al niño Jesús (¡puedes escucharla donde quieras!).

En este tiempo de Adviento, la espera se teje entre las notas suaves de las actividades del día a día. Hemos preparado un video con melodías envolventes tipo Lo-Fi , no solo para ser el fondo de nuestros quehaceres diarios o el acompañante en el trajín del trabajo, sino también como el lienzo sonoro para nuestros momentos de oración y meditación.

Este es un recurso que, más que para simplemente ser escuchado, invita a sumergirse en la calma, a respirar profundo y a preparar el corazón para la llegada del Niño Jesús.

 

 

El Adviento es tiempo de preparación

Durante este tiempo especial, el Adviento nos invita a preparar nuestro corazón de una manera consciente y activa.

No se trata solo de dejar que los días corran, sino de reflexionar sobre cómo vivimos estas semanas previas a la Navidad. ¿Hemos sido intencionales en nuestra preparación?

¿Hemos considerado qué podemos hacer para acoger a Cristo de manera más plena en nuestras vidas?

Recomendación: puedes usar esta música Lo-Fi para rezar de manera nueva

Adviento es tiempo de preparación, y la oración es preparación. En este tiempo, la oración se revela como una necesidad: tenemos sed del diálogo con Dios, así como Él tiene sed de nuestro amor.

Es la oración el lazo que conecta nuestra vida con lo divino, ensanchando nuestro corazón para que Cristo pueda encontrar un hogar en él. Te invito a dedicar un tiempo diario a sentarte junto al pesebre y hacerte unas preguntas.

Mira al Niño, observa cada personaje que se acerca a Él y, en ese silencio, imagina que también estás presente en la escena. ¿Qué le dirías al Niño? ¿Puedes identificar lo que sientes en la profundidad de tu ser? ¿Qué crees que Él querría decirte?

La música Lo-Fi que compartimos, ponla de fondo y adéntrate más en la calma, en la meditación, en la contemplación. Deja que las notas envolventes acompañen tus pensamientos y emociones hacia la serenidad necesaria para preparar tu corazón.

 

 

Escrito por: María Belén Andrada, comunicadora e ilustradora, vía Catholic-Link.

 

Compartir: