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La causa más frecuente del ojo rojo en niños es una infección bacteriana o viral, una reacción alérgica, etc.

El ojo rojo es un término general para una condición roja de la conjuntiva que a menudo se asocia con otros síntomas menos importantes. A menudo, el ojo rojo es la causa de acceso a las salas de emergencia oftalmológica pediátrica, ya que asusta a los padres y maestros. Esta condición es la expresión de una dilatación de los capilares de la esclerótica, la «parte blanca» que se localiza alrededor de la córnea, causada por una irritación de diversa etiología.

Síntomas de ojos rojos

El ojo rojo puede estar acompañado de síntomas como: ardor, dolor, picazón, secreción ocular, hinchazón de los párpados o discapacidad visual, o no estar acompañado de ningún otro síntoma. El ojo rojo en ocasiones puede estar asociado a una hemorragia subconjuntival, que consiste en la rotura de los pequeños capilares superficiales situados entre la esclerótica y la conjuntiva, dando como resultado la extravasación de una gota de sangre que genera una mancha roja brillante.

 

 

Alergia y picor

Esto, si bien no es grave sino simplemente antiestético, a menudo asusta a los niños y a los padres incluso en ausencia de dolor o incomodidad. En este caso, es útil comprobar si el pequeño paciente presenta síntomas de alergia y picor, que llevan a frotarse los ojos con violencia, provocando así enrojecimiento.

Conjuntivitis

La principal causa del ojo rojo es la conjuntivitis, una de las enfermedades más comunes, particularmente entre los niños en edad escolar. Ocurre cuando, por alguna razón, la conjuntiva, la membrana delgada y normalmente transparente que cubre el globo ocular y las superficies internas de los párpados, se inflama. La causa puede ser infecciosa , por colonización por virus o bacterias, con signos y síntomas muy variables y la necesidad de diferentes tipos de tratamientos , por lo que es importante acudir a un especialista.

Conjuntivitis bacteriana

Las conjuntivitis de origen bacteriano son las más frecuentes y se caracterizan por secreción mucoso-purulenta (secreción amarillenta), sensación de arena en el ojo, ardor, lagrimeo y fotofobia (hipersensibilidad a la luz).

En el recién nacido, la conjuntivitis se debe a una infección posterior al paso por el canal del parto, y se previene con una profilaxis específica, siempre realizada en los centros de parto.

Conjuntivitis viral

La conjuntivitis viral se caracteriza por enrojecimiento marcado, ardor, fotofobia, lagrimeo y, a veces, agrandamiento de los ganglios linfáticos preauriculares (frente a las orejas). La conjuntivitis puede estar asociada a la queratitis, que es la inflamación de la córnea, la parte transparente del ojo que permite el paso de la luz. Estas pueden consistir en pequeñas desepitelizaciones (abrasiones) que aparecen como consecuencia de fototraumatismos (exposición desprotegida a los rayos ultravioleta, por tanto al mar y a la montaña, momentos en los que es importante recordar la necesidad de utilizar sistemas sencillos de protección de la vista, como gorras y gafas de sol).

 

 

Otras causas del ojo rojo

Otras causas del ojo rojo pueden estar ligadas a la presencia de inflamación de los ojos por diferentes motivos, que se nombran según el segmento ocular implicado en la inflamación, como la iridociclitis.

Una de las inflamaciones oculares, debidas a una activación del sistema inmunitario, más frecuentes en niños es la asociada a la artritis idiopática juvenil (AIJ). Esta enfermedad autoinmune y generalizada se asocia con inflamación del ojo, uveítis , que se manifiesta como ojo rojo.

Otros cuadros clínicos asociados al ojo rojo son la inflamación de los anexos oculares (pestañas y párpados) denominada blefaritis, que puede estar asociada o no a conjuntivitis. La clásica alergia primaveral (entre marzo y septiembre) también se manifiesta con ojo rojo, pero el síntoma característico es el clásico picor.

Ojos rojos y lentes de contacto

El ojo rojo también es una ocurrencia común en los usuarios de lentes de contacto. Las lentes de contacto, de hecho, muy utilizadas desde la adolescencia, pueden ser una fuente de gérmenes e irritación ocular, especialmente si se utilizan durante períodos prolongados y en exceso.

Nunca exceda el tiempo de aplicación de 5 horas

La lente de contacto retiene los residuos que normalmente se eliminan con las lágrimas y puede alterar su acción protectora frente a los microorganismos, provocando una acumulación de residuos y gérmenes en la superficie. Por ello, una buena higiene de manos sigue siendo determinante y no superar el tiempo de aplicación recomendado de 5 horas. Además, la lente de contacto puede alterar la película lagrimal y provocar un aumento de la sequedad de la superficie anterior del ojo y por tanto el consiguiente ‘ojo rojo’.

Ojo rojo por cansancio

El período que estamos viviendo, desencadenado por la pandemia de COVID-19, ha visto un aumento de las enfermedades oculares, vinculadas a la fatiga ocular. La enseñanza a distancia (DAD), el uso de monitores, el abuso de los teléfonos móviles, las tabletas y la televisión, han contribuido a un aumento exponencial de los ojos cansados, porque están sobrecargados por un mayor uso de la visión cercana (para el vídeo) y por tanto de la acomodación.

Ojos rojos y máscaras

Además, el uso casi generalizado y continuado de mascarillas provoca irritación de la conjuntiva, ligada a la sobreexposición del ojo al aire inhalado y exhalado bajo la mascarilla que altera la película lagrimal.

 

 

Escrito por: Ospedale Bambino Gesù, vía Aleteia.

 

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