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La violencia intrafamiliar es un tema tabú que permanece en un núcleo cerrado lo que hace mucho más difícil para intervenir.

Has escuchado frases como “no me merezco algo mejor”, “es que es el padre de mis hijos”, “¿qué van a pensar de mí?”. Puede que esa persona esté pasando por una situación de violencia y aún no lo sepa. Cuando se habla de violencia intrafamiliar por lo general sucede contra la mujer, pero también ocurre hacia el hombre. Si hay violencia en la pareja lo más seguro es que sus hijos también sufran agresiones.

Mercedes y David Escalante son un matrimonio que, unidos desde el año 93 por la Alianza de Amor Matrimonial de la Rama de Schoenstatt, abordan la temática de la dignidad de la persona y cómo esta se ve afectada por la violencia dentro de la familia.

¿Qué quiere decir que la violencia intrafamiliar atenta contra la dignidad de la persona?

David: Cuando comenzamos el transitar del matrimonio, ponemos nuestras vidas en manos del otro. Según el mandato divino dejamos de ser dos para ser uno. Cuando nos despersonalizamos, agredimos o menospreciamos, le quitamos esa dignidad al otro y por ende a nosotros mismos.

Mercedes: Sucede también cuando lo único que se busca es el placer, sin pensar que este es un complemento en el matrimonio. Llegamos al punto de “ya estoy satisfecho, hasta aquí llegó mi amor” o “no nos entendemos, mejor cada uno hace su vida”, lo que termina reduciendo al otro a un objeto a ser utilizado.

¿Cómo se establecen las situaciones de violencia?

M: El maltrato físico es lo más visible, luego están el maltrato psicológico, económico o el sexual, estos últimos no se notan y como no se ven, son de los que menos se habla.

¿Cómo se enfrenta la violencia sin violencia?

D: Debemos reclamar a los distintos estamentos (educativos, públicos, de seguridad, gobiernos, sanitarios, de seguridad). Si alguien realiza una denuncia, que se lo tomen en serio, para defenderse legalmente. En el ámbito médico, no menospreciar a una mujer golpeada. Se necesita un respaldo legal, espiritual, psicológico. Además de un accionar en lo educativo, generando talleres que aborden estos temas con los padres.

M: Se habla de educación sexual, ahí desde lo público se puede abordar el derecho a ser respetados. Educando para la vida, para el amor, no en la práctica sexual, sino desde la integridad del ser femenino y del ser masculino.

¿Cómo afecta a la familia la violencia?

M: Se genera una crisis fundamental, ya que la violencia rompe muchas familias en donde los chicos sufren las consecuencias. Una familia en esta situación genera patologías al interior que se van trasmitiendo, generando  futuros agresores u otros problemas. Si no hay una atención desde fuera se mantiene el tabú de que “es lo que te tocó”.

¿Cuál es la situación de las personas que viven en violencia intrafamiliar?

D: Les toca presentarse ante la sociedad, como alguien maltratado, destruido y hasta socialmente desintegrado, por lo que hay que trabajar con los estamentos antes mencionados.

M: Una persona que está siendo violentada necesita volver a valorarse, ya que, aunque nos lo hayan hecho creer la dignidad no la perdemos nunca.

¿Qué recomendaciones hay para las parejas actuales?

D: Que aprender ser dóciles, escuchando, cuidando, respondiendo en las maneras en que se busque dialogar por un crecimiento mutuo. Pregúntense: qué estoy haciendo bien y qué estoy haciendo mal; hasta qué punto te daño y hasta dónde no.

M: Rescatemos la dignidad de la persona, conociendo al otro y a sí mismo. Sepamos los puntos débiles y fuertes para complementarnos.

D: Por último, volvamos a darle el lugar a la mujer, a los niños, a los abuelos, dentro de la familia.

La violencia intrafamiliar es real y se vive diariamente, puede estar a la vuelta de la esquina. Les dejamos un testimonio que da cuenta de lo que puede padecer una persona en esta situación:

Por: Carol Arosemena
Máster en Educación y Comunicación

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