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El debate en torno al inicio de la vida sexual de los jóvenes y el embarazo adolescente está latente a nivel mundial; pero, la pregunta sobre la eficacia de promover el uso de métodos anticonceptivos o programas de abstinencia entre los adolescentes, fue resuelta por un estudio realizado en Estados Unidos en el año 2010.

El Dr. John Jemmott III, junto a un equipo de la Universidad de Pennsylvania, encabezaron esta investigación para comprobar la eficacia de los programas que promueven la abstinencia. Las cifras revelaron, por primera vez, que una educación basada en abstinencia retrasa el inicio de la vida sexual entre adolescentes.

El estudio reunió a 662 estudiantes afro-americanos, pues en Estados Unidos los riesgos de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS) es más común entre los adolescentes pertenecientes a esta cultura. Los participantes tenían entre 11 y 15 años y se los ubicó aleatoriamente en 4 programas de prevención, diseñados para incrementar el conocimiento sobre ITS y promover el uso de condón o la abstinencia, según el programa.

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Programas de prevención

– Solo abstinencia: a los participantes se les fomentó únicamente vivir la abstinencia hasta construir una relación estable donde sea posible vivir un compromiso de por vida. El entrenamiento incluía habilidades sociales para ayudar a los adolescentes a mantener su objetivo y resistir la presión social de tener sexo.

– Sexo seguro: esta intervención fomentó el uso del condón como forma de reducir el riesgo de embarazo e ITS. Se basó, en gran medida, en el concepto de reducir el riesgo, más que en evitar el riesgo.

– Abstinencia + sexo seguro: los mensajes se transmitieron con un énfasis igual hacia ambos enfoques. Mientras un grupo recibía la intervención de sexo seguro, los otros participantes escuchaban razones para vivir la abstinencia.

– Control de salud: promovió una nueva cultura de alimentación, actividades diarias para contrarrestar el consumo de cigarrillo y alcohol, que son las principales causas de enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes y cáncer.

El estudio mantuvo un equilibrio entre ambas posturas: sexo seguro y abstinencia, para comprobar la eficacia de ambos programas.

Una vez terminado los 4 programas, se hizo un seguimiento a los participantes por 24 meses a través de cuestionarios. Los resultados demostraron que solo un tercio, de los estudiantes que participaron en el programa “solo abstinencia”, tuvieron relaciones sexuales en los siguientes 24 meses, comparado con la mitad que fueron asignados a programas de “control de salud” y “sexo seguro”. Mientras que en el programa de “abstinencia + sexo seguro” el 42% tuvo relaciones sexuales.

En un artículo publicado por el New York Times, Dr. Jemmotts, aseguró que“este fue un estudio riguroso, lo que significa que ahora podemos decir que los programas de abstinencia sí son efectivos”.

El estudio fue publicado en el 2010 en la Asociación Americana de Medicina, y puede ser leído aquí 

Sin duda, muchos aún mantienen una postura escéptica hacia los programas de abstinencia como alternativa para prevenir el embarazo en adolescentes. Está claro que algunos jóvenes no escuchan el mensaje de postergar el inicio de su vida sexual; pero, por esa razón ¿habría que renunciar a esas iniciativas?

Ecuador también incluirá  abstinencia en prevención
A partir de 28 de febrero pasado, el presidente Rafael Correa dio a conocer el Plan Familia Ecuador, que busca fortalecer el papel de la familia como formadora en valores humanos.  El plan contempla continuar con la distribución de métodos anticonceptivos en los centros de salud, pero también se incorporará la opción de educar para la abstinencia a los adolescentes y jóvenes del Ecuador, una posibilidad que anteriormente no se tomaba en cuenta.

 

 

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