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Ante el incremento de embarazos precoces que se dan en varias parejas, el matrimonio termina siendo una obligación que une a un hombre con una mujer.

El Arzobispo de San Luis Potosí, Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero, señaló que ante el aumento de los divorcios y el descenso de los matrimonios en ese estado mexicano, es necesario considerar algunos criterios para que las personas se casen siendo plenamente conscientes de lo que hacen.

Según señala el diario La Jornada, el Arzobispo dijo que es importante que ya no haya el llamado “matrimonio exprés” o “por obligación” y que la gente tampoco se case porque “haya metido la pata”, sino que lo hagan con plena consciencia de lo que implica.

“La Iglesia no se desgarra las vestiduras por estas cifras, tenemos que ser muy cuidadosos, con los sacramentos no se tiene que comerciar, tenemos que ser muy exigentes en los candidatos a matrimonio, que no se acerquen al matrimonio improvisados, sin tener los elementos necesarios para sustentar una decisión”, dijo el Prelado mexicano.

Mons. Cabrero explicó que los novios que desean casarse deben tener una madurez humana y psicológica básicas que les permitan el compromiso de por vida que van a asumir. No pueden decidir casarse solo “porque metieron la pata”, precisó.

El Arzobispo dijo además que el matrimonio no es ninguna obligación derivada de “circunstancias biológicas”.

No se trata de empobrecer el sacramento porque así se podría tener “un divorcio seguro”.

Los párrocos y sacerdotes tienen la obligación moral de “hacer una investigación exhaustiva de los candidatos a contraer matrimonio”, para que den su veredicto de que las personas son capaces de adquirir este compromiso.

Mons. Cabrero afirmó finalmente que “esto no es cosa de una plática de un día para otro, se necesita un tiempo considerable de preparación, los contrayentes tienen que descubrirse a sí mismos, en qué grado de madurez están para asumir una responsabilidad, no se vale traer al mundo más hijos sin padre responsable o sin madre, pues vale eso mismo”.

Con estas afirmaciones el Prelado se refirió a las cifras difundidas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) que informó hace unos días que entre los años 2000 y 2007 los matrimonios se redujeron en 22,1% y los divorcios aumentaron en 127%. Y en 2011, por cada 100 matrimonios hubo 13 divorcios.

 

Vía Aciprensa

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