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La política es una de las formas más elevadas de caridad cristiana porque busca el bien común. Por eso, quien pudiendo participar en política y no lo hace, es egoísta. No lo digo yo, lo dijo el Papa Francisco parafraseando a uno de sus antecesores.

La política, es un tema apasionante para algunos y para otros simplemente es detestable. Comprende una serie de elementos que deben ser analizados con detenimiento y sin los prejuicios que han sido consecuencia del accionar poco cristiano de algunas personas que dicen ser políticos.

He empezado esta breve conversación con la frase del Papa porque, aunque suene novedoso, el Santo Padre no está diciendo algo que no se haya dicho antes. Siendo el sucesor de San Pedro sus expresiones son coherentes con las enseñanzas de la Iglesia, que tiene más de 2 mil años llevando el mensaje de Cristo a todos los rincones del planeta.

Te invito a revisar la Doctrina Social de la Iglesia en cuyo contenido la política es un tema recurrente y no ajeno, como tal vez podríamos habernos imaginado. Incluso la misma Doctrina determina las pautas para que esa participación política tenga perfecta armonía con nuestra fe.

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La participación en política debe nacer de una decisión fundamentada en el amor a nuestros hermanos. En eso consiste la caridad cristiana, en expresar el amor que debemos tener al prójimo mediante obras concretas.

De la frase del Papa Francisco no solo se desprende lo que debe motivar la decisión de participar en política, también plantea el objetivo de esa participación: buscar el bien común. Me atrevería a definir el bien común como la búsqueda del mayor bienestar posible a la mayor cantidad de personas, algo que se puede lograr -aunque no de manera exclusiva- mediante la participación política.

El Santo Padre deja sobre la mesa algo muy importante cuando termina la frase diciendo «quien pudiendo participar en política no lo hace, es egoísta». La participación en política no solo está permitida para los cristianos, se constituye en un derecho y me atrevería a decir que hasta es una obligación para quienes de alguna manera tienen la oportunidad de hacerlo. Incluso el Papa ha dicho que es egoísta quien pudiendo hacerlo no participa en política, lo que nos invita a una reflexión y una nueva mirada respecto a este accionar.

Ahora bien, es importante aclarar que la participación política no está limitada únicamente a la participación en la lista de un partido o el ejercicio de un cargo público. Desde muchos ámbitos se puede incidir. Por ejemplo: cuando usted lidera en su barrio la remodelación de un parque está haciendo política porque busca un cambio que genere beneficios para otros.

Quien decide participar en este ámbito debe tener claros dos elementos importantes: responsabilidad y amor. La responsabilidad radica en prepararnos adecuadamente y estar permanentemente informados para participar de manera adecuada con nuestras opiniones y decisiones; y el amor es fundamental como motor para lograr el objetivo de buscar el bien común: amor por la creación, por el país y por los hermanos.

La Iglesia anima a no descartar la política como un medio para buscar el bien común. Esta invitación debe ser principalmente escuchada por los jóvenes porque nuestra generación tiene un compromiso histórico e impostergable de dignificar la política.

Por: César Coronel Garcés

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