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No importa la edad que tengan, el “no puedo” es y será siempre una frase determinante para no lograr los objetivos.

A sus casi 10 años mi hijo es adicto a decir «No puedo». Aunque a veces lo reemplaza con «no sé», «soy tonto» o «no entiendo», la intención siempre es justificar el por qué no se esfuerza un poco más ni vuelve a intentarlo. Hoy en día, los niños están tan acostumbrados a conseguir todo a la primera, que si no les funciona se decepcionan y se estancan.

Quizás sea culpa de la velocidad con la que vivimos el día a día o la falta de atención que a veces les entregamos, pero lo que es seguro es que capacidades sí tienen, solo necesitan un pequeño empujón para lograr sus objetivos. Si tú también sufres con los constantes reclamos de tus hijos sobre todo lo que ellos no pueden o no consiguen hacer, entonces sigue leyendo y aplica a diario estos simples consejos.

1. Procura fomentar su autoestima

Una, dos, diez veces al día dile a tu hijo lo inteligente, capaz, maravilloso que es; destaca sus capacidades, felicítale por sus logros aunque sean cosas pequeñas como haberse comido toda la comida o haber tendido su cama. Toma un momento todos los días para conversar en forma positiva sobre lo que ha conseguido en su vida, lo que te genera alegrías y lo orgulloso que te sientes de que sea tu hijo.

2. Aplica tareas de lo más fácil a lo más complejo

Hay veces en que a nuestros hijos les cuesta trabajo realizar algo en específico, como amarrar los cordones de sus zapatos, pronunciar la R o desabotonar su chaqueta, por lo que es importante buscar dividir esa tarea en varias más pequeñas o similares que le brinden la confianza para intentarlo nuevamente. Por ejemplo, si lo más difícil es pronunciar la R, comienza por la L, la B u otras letras simples, procura reconocer su esfuerzo y hacerle consciente de su propio progreso.

3. Muéstrate como humano

Los padres somos el ejemplo a seguir de nuestros hijos. Es por esto que muchas veces nos idealizan y sienten que somos perfectos. Lo importante es hacerles entender que también hay cosas que nos cuestan, que se nos dificultan, pero que a pesar de todo lo seguimos intentando sin rendirnos.

4. No olvides entregarle tu apoyo

Mi padre siempre me ha dicho que no importa cuán hondo sea el hoyo en que caiga, él sabrá lanzarme una cuerda para salir. Esa es su forma de decir que no evitará que me equivoque o me caiga, sino que estará ahí para cuando necesite de su ayuda. La misma sensación de confianza es la que debemos transmitirle a nuestros hijos para motivarlos a seguir adelante, a asumir nuevos desafíos y conseguir sus objetivos.

Lo más sencillo es rendirse, tomar el camino fácil y evitar los obstáculos que se nos presentan, pero la verdad es que si permitimos que cada vez que se encuentran con un problema digan no puedo y se den media vuelta, nunca obtendrán todas las experiencias que la vida les entrega a través de desafíos. No disfrutarán sus logros ni tendrán la sensación de haber conseguido algo «imposible». No permitas que el miedo y la frustración se conviertan en aquella puerta que no logran cruzar.

Hay una frase muy acertada que circula por las redes sociales: «Mientras más piedras haya en mi camino, más grande será mi castillo». Enseña a tu hijo o hija a sacar lo mejor de cada situación, a ver una oportunidad en cada dificultad de su vida; a eliminar la palabra: «rendirme» de su vocabulario. Entrégale las herramientas necesarias para que el día de mañana sea capaz de levantarse y decir: yo sí puedo.

 

Vía Familias.com

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