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¿Drogas y deporte? No siempre estamos al tanto de las consecuencias del uso de drogas esteroides androgénicas anabolizantes (EAA); y cómo estas pueden afecta a nuestro cuerpo.

El deporte se destaca como una de las actividades que los humanos realizamos para preservar nuestra salud, no solo física sino también mental. Por lo cual las autoridades de salud e inclusive las de educación, se han preocupado por regularlo. Así  éste puede ser realizado “naturalmente” sin la injerencia de sustancias que alteren su rendimiento o que ponga en riesgo a quienes lo practican. Igualmente, en la práctica del deporte como actividad profesional, existen leyes para evitar que los deportistas se expongan a situaciones de riesgo que podrían llegar a ser mortales.

Es importante destacar que dentro de la sociedad actual muchos hombres y mujeres han llegado a la practica del deporte como parte de la cultura de adoración al cuerpo. En la que se considera que tener un cuerpo atlético es símbolo de “amor, poder y superioridad”. Esto crea un ambiente con condiciones para que en la “carrera por un cuerpo atlético y vigoroso”, quienes lo practican como relax o profesión, lleguen al consumo de sustancias.

«Se considera que tener un cuerpo atlético es símbolo de “amor, poder y superioridad”.

Si bien estas inicialmente les ofrecen “beneficios” (en su rendimiento y aspecto físico) no consideran que tienen un elevado costo para su salud física y mental. Más grave aún es cuando estas situaciones ocurren bajo el conocimiento y aprobación de quienes dirigen o supervisan la práctica deportiva profesional o recreativa.

Primeros casos de drogas

Desde la antigüedad el uso de sustancias dentro del deporte se remonta a culturas como la china. Aquí se utilizaba la raíz del ginseng, para fortificarse y superar la fatiga; y los derivados del ma huang o ephedra, para aumentar la resistencia cardiaca. Así, los griegos utilizaron hidromiel como estimulante del sistema nervioso central, y vino por sus efectos inhibidores y relajantespara obtener un mayor rendimiento en las pruebas olímpicas de su época. En las olimpiadas del siglo III después de Cristo, usaron preparaciones a base de extractos de plantas, semillas y hongos, para favorecer su rendimiento.

 Es a mitad del siglo XIX en que comienza el auge del dopaje. En 1896, dos meses después de la carrera de Burdeos–París, se reporta el primer caso de doping con efectos graves. El ganador de la carrera, el ciclista Arthur Linton de 29 años de edad, fallece. En 1960 el ciclista danés Knud Jensen muere por un “supuesto golpe de calor”, pero en su autopsia se reveló que fue “causa de un consumo excesivo de anfetaminas”. A partir de este momento el Comité Olímpico Internacional empezó a preocuparse y en 1964 se realizaron las primeras pruebas de control de dopaje, aunque sería solo en ciclismo. En febrero de 1999 se convocó la Primera Conferencia Mundial sobre Dopaje en el Deporte. Y finalmente el 1 de enero del 2000 entró en vigor el Código Mundial Antidopaje.

Principales efectos de las drogas

Existe un grupo de sustancias y métodos prohibidos dentro y fuera de la competición deportiva. Entre estos están los agentes anabólicos como los EAA que son “mal utilizados” dentro de la práctica de deportes debido a sus efectos anabolizantes, como el crecimiento muscular para ganar fuerza y potencia.

Éstos se usan en dosis hasta 100 veces superiores a la terapéutica. Donde se utiliza contra enfermedades como el hipogonadismo, la anemia aplástica, la sarcopenia o la osteoporosis. Razón por la que su uso para algunos deportistas se ha convertido en una conducta oculta y secreta; cuyos efectos anabólicos son potenciados con dietas hiperproteicas e hipercalóricas asociadas a regímenes estrictos de ejercicio. Es esta “necesidad anabólica” la que enceguece a los deportistas frente a los posibles efectos secundarios de los EAA (ver cuadro 1). Sin ver que el uso de estas sustancias ponen en peligro su salud y su vida. Pueden incluso provocar su muerte de forma súbita.

Cuadro 1.

Es importante considerar cuál es el verdadero propósito del deporte; si es el solo vernos bien o sentirnos bien y saludables; por esto los invito a reflexionar con las siguientes preguntas:

¿El deporte, cumple su objetivo principal si se realiza asociado a otros hábitos o sustancias? ¿Es el uso de esteroides androgénicos anabolizantes, una práctica peligrosa? ¿Estoy dispuesto a asumir sus complicaciones por un “momento” de gloria y poder? ¿Como sociedad, nos hemos vuelto tolerantes al uso de estas drogas en la práctica del deporte?

Por: Dr. Yover Lapo

Md. Psiquiatra del Instituto de Neurociencias

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