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Aprende a tener conflictos matrimoniales saludables en 5 pasos. Esta información es muy valiosa para los esposos. ¡Lee y comparte!

“La diferencia entre una relación buena y una relación estupenda es la forma en que se responde ante los conflictos”, Ted Cunningham.

Cuando hablamos de conflictos en la relación tendemos inmediatamente a pensar en cosas negativas; porque alrededor del conflicto matrimonial existen muchas creencias equivocadas, por ejemplo, que un buen matrimonio no tiene conflictos, o que los conflictos son dañinos para la pareja, o que el tiempo soluciona todo.

La realidad es que los conflictos no son perjudiciales para el matrimonio, por el contrario, son la oportunidad de conocer y descubrir la perspectiva, el enfoque y las soluciones de tu cónyuge frente a una determinada situación.

Los conflictos son grandes oportunidades para crecer como personas y como pareja; éstos son los que llamo conflictos saludables, porque te permiten sacar los problemas a la luz y resolverlos, en lugar de guardarlos debajo de la alfombra.

Un conflicto se puede convertir en dañino cuando la relación se estanca producto de ese tema, porque pasa el tiempo y no logran solucionarlo, por el contrario, se encuentran discutiendo cada vez más fuerte sobre el mismo tema, generando malestar, rechazo, distanciamiento entre la pareja y terminan agrediéndose psicológica, emocional y hasta físicamente.

Necesitamos comprender que un conflicto es una conversación entre dos personas que consideran que tienen la razón, por eso es vital entender la perspectiva de tu cónyuge, ser maduros y tener disposición de crecer a través de los conflictos.

 

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5 pasos prácticos para tener conflictos matrimoniales sanos

Quiero compartirte 5 pasos prácticos que te ayudarán a lograrlo:

Paso 1: Entiende que la solución no está siempre en tus manos

Muchas veces nos encontramos peleando por asuntos que no está en nuestras manos resolverlos. Por ejemplo, el carácter o el comportamiento de un pariente político. En estos casos lo mejor es reconocer que la solución está fuera de su alcance y que lo que sí pueden hacer es ponerse de acuerdo en cómo se van a relacionar juntos, como pareja, como equipo, frente a esa situación.

Paso 2: Escoge el momento correcto

Identifica si tu cónyuge está con el corazón receptivo, es decir, si está con la disposición para hablar del tema. Un error frecuente es hablar cuando tu quieres tratar el asunto, pero no te das el tiempo de verificar si también es un buen momento para tu pareja.

Lo ideal es buscar el tiempo adecuado para ambos, cuando sus emociones estén bajo control. Hay que tener cuidado que buscar el “momento correcto” no se vuelva una excusa para evadir el conflicto, porque esto sólo lo agrandará. Pero eso será tema de otro artículo.

 

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Paso 3: Concéntrate en lo que dice tu pareja

Escucha, escucha y escucha hasta que entiendas el punto de vista que tiene tu cónyuge. Escuchar es la parte más importante de la conversación, sólo así podrás entender su punto de vista.

Cuando te concentras en escuchar, en lugar de argumentar, podrás llegar al corazón de tu pareja con mayor facilidad, podrás comprender qué le lleva a actuar de una determinada manera y serás más asertivo en el momento de dar tu opinión, o simplemente de comprender la situación.

Una buena herramienta mientras escuchas es la pregunta de curiosidad, preguntas que te llevan a tener un entendimiento mayor de aquello sobre lo que tu cónyuge está hablando.

Esta pregunta para que sea efectiva debe ir acompañada de dos elementos claves: un genuino deseo de conocer más sobre lo que el otro te está diciendo y de un tono de voz que exprese ese deseo. De lo contrario podría sonar sarcástico y arruinaría por completo la comunicación. Frases que puedes usar son: cuéntame más, ó, explícame bien eso, me interesa entenderte, ¿cómo puedo ayudar en eso?

Paso 4: Cuida la forma

Haz un planteamiento suave, porque lo que tienes que decir es tan importante como la forma en que lo dices, por tanto es vital controlar tu tono de voz y tus gestos. Elimina el afán de competir, recuerda que lo más importante es llegar a un acuerdo. Los planteamientos bruscos y violentos de un problema sólo generarán más violencia.

Paso 5: Concéntrate en el sentimiento de tu pareja, no en el problema

Este paso es mi favorito. La mayoría de los conflictos que experimentamos dentro del matrimonio, tienen que ver con los sentimientos que tenemos al respecto, más que con el problema en sí mismo.

Por ejemplo, si tu pareja se molesta porque olvidaste algo que te pidió, el problema no es tanto el olvido sino lo que siente respecto a eso. Puede sentir que ese olvido significa que no le escuchas o simplemente que no te importa.

Si al conversar empiezas por darle la seguridad, y le dices algo como: me apena que, aunque eres mi prioridad, me haya olvidado de lo que me pediste. Te asombrarás del cambio positivo que tendrá la conversación.

Crecer como pareja a través del conflicto es posible, sólo necesitas ejercitar estos cinco pasos y enfocarte en las virtudes de tu cónyuge, que estoy segura, son muchas.

 

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Escrito por: Solange Blum de Vizhñay
Redes: @solangeblum
Email: solangeblum@enfoquealafamilia.ec
Directora de Enfoque a la Familia Ecuador
Master en Prevención y Tratamiento de la Violencia Familiar
Orientadora Familiar y Coach Profesional
Ingeniera en Comunicación Organizacional

 

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