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Claudia Salem: «Debemos reconocernos como guardianes y responsables del desarrollo evolución del ambiente».

Hoy se habla mucho del cuidado del medio ambiente, sin embargo, en la práctica esto no se cumple al cien por ciento. Teniendo en cuenta lo indicado, conversamos con Claudia Salem, quien es mamá, filósofa de profesión, artesana en huertos y viveros (JNDA) y está certificada en Sostenibilidad por la Universidad de MIT.

Claudia se define como una fiel creyente del poder de la naturaleza, la tecnología, la comunidad y la comunicación, lo que más su preparación y experiencia le permitió llegar a ser vocera de Pacto Global y PNUD (ONU), miembro de la mesa técnica de Educación para el Desarrollo Sostenible Ecuador (UNESCO 2020) y fundadora de YoSiembro, organización que fomenta la educación con diversión, para generar conciencia a través de la siembra de huertos en casas, centros educativos y comunitarios.

Compartimos el preguntas y respuestas que tuvimos con Claudia, donde se refiere a la conciencia ambiental y cómo ser proactivos en el cuidado del medio ambiente.

 

 

¿Desde cuándo tienes conciencia ambiental?

Creo que nacemos con conciencia ambiental. En el camino de nuestra educación y de la cultura social en la que crecimos, vamos perdiendo la conexión natural con esa sensibilidad.

De una forma, equivocada, en muchos casos en el afán de desarrollo, confundimos el concepto de «hacer» con el de «ser”, producimos en serie, sin evolucionar y así vamos apagando el conocimiento vital que como respirar, sonreír y abrazar nos llama a poner manos a la tierra, para crear, no sólo para repetir.

Nuestra conciencia, que es la capacidad de «hacer con ciencia», con lógica e imaginación, nos diferencia, nos hace, no sólo seres vivos, sino HUMANOS. Y, en esa luz, es una constante oportunidad no sólo de desarrollo sino de Evolución.

¿Por qué es necesario cuidar el medio ambiente?

Porque somos parte del ambiente, no dueños de él. Porque somos nosotros los que dependemos del ambiente para llevar la vida como la conocemos. Necesitamos del oxígeno y la pureza del aire para respirar, del suelo y su riqueza en nutrientes para producir alimentos y del agua para hidratarnos, para mantenernos vivos.

La naturaleza guarda la sabiduría y la solución a muchas de nuestras necesidades. La prevención y cura de enfermedades (más del 60% de los fármacos antibióticos, analgésicos y hasta antitumorales, vienen de las plantas por ejemplo), la materia prima para actuales y nuevas energías (recursos que a veces no son renovables) y el diseño de procesos que si observaríamos con detenimiento seguramente admiraríamos, imitaríamos y pudiéramos potenciar, en lugar de ignorarlos (como la acción de los polinizadores en la reproducción de los cultivos o la de las lombrices en la generación de abono).

¿Cómo educar hijos con conciencia ambiental sin crear unos fanáticos ambientalistas?

Aristóteles decía que: “la virtud está, no en el extremo sino en el equilibrio”. La naturaleza nos enseña que todos los excesos son dañinos y peligrosos, por eso creo que se trata sobre todo de predicar no sólo con la palabra sino con el ejemplo, como decimos en YoSiembro, poner Manos a la Tierra, no sólo señalar o juzgar, sino poner nuestro compromiso en acción y sembrar el mundo que queremos. ¡Debemos promover menos inteligencia artificial y más inteligencia natural!

 

 

¿Es posible mantener un equilibrio entre el consumo y el cuidado del ambiente?

El equilibrio es natural, es principalmente la mano humana la que lo desbalancea. Por eso es posible restaurar ese balance como decíamos, desprendiendo costumbres ya obsoletas como el consumismo, para reaprender y registrar nuestras acciones como el balance y la co-creación.

Para lograrlos hay que cumplir las 5 R (Reducir, Reparar, Recuperar, Reutilizar y Reciclar) y le añadiría 3 R más: REflexionar para Reconectar y poder REInventar un mundo más consciente con las personas (comenzando por uno mismo) y el ambiente.

¿Cuáles son 5 tips para ayudar a preservar el ambiente en nuestro país?

Nadie ama lo que no conoce y nadie defiende lo que no ama, por eso recomiendo:

Conocer: esto implica tener la humildad de sentirnos ignorantes ante la increíble sabiduría natural, es un llamado a dejar de «hacer» las cosas como «sabemos» y empezar a «Ser» en cada cosa que «hacemos».

Concienciar: ciencia en acción, estar presentes desde el conocimiento para actuar y no sólo «reaccionar».

Colaborar: la naturaleza nos enseña el poder de la asociación, como en los cultivos (donde algunas plantas se protegen y potencian), en la vida debemos desaprender el egoísmo del consumismo actual, del exceso de imagen y la falta de corazón y colaboración. Las alianzas son naturales y fortalecen nuestra capacidad de no sólo generar cambios sino evolución.

Co-crear: Reconocernos guardianes de la creación y responsables no sólo de su desarrollo sino de su evolución. Agradecer todos los días el regalo de la vida y esta casa compartida que Dios nos regaló, pero que, como cada regalo, no es solo una oportunidad sino también una responsabilidad.

 

 

Escrito por: Arcadio Arosemena Robles.

 

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