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El objetivo de la planificación familiar es permitir tener el número de hijos y con el intervalo entre embarazos deseado.

La llegada de un hijo cambia, definitivamente por completo, la vida de una pareja. Es un regalo maravilloso. Transforma el hogar. Llena de alegría y amor. La Iglesia Católica nos enseña la importancia de la planificación familiar. No se concibe a esta planificación como una limitación. Es una forma de reflexionar y prepararse para recibir a los hijos, estos preciosos regalos de Dios, en el momento adecuado.

 

 

La esencia de la planificación familiar

La planificación familiar va más allá de simplemente decidir cuándo tener hijos. Implica también reflexionar sobre cómo podemos ofrecerles lo mejor, tanto en términos materiales como espirituales. Es un acto de responsabilidad y amor hacia los hijos que deseamos traer al mundo.

También contempla el estar preparados para afrontar caminos a veces largos, que nos exigen más trabajo. En otros casos, ese regalo puede venir manifestado en otras formas de amor.

 

 

La perspectiva católica

La Iglesia Católica nos recuerda constantemente la importancia de acoger la vida con generosidad y responsabilidad.

El Papa Juan XXIII nos habla sobre la importancia de que las jóvenes den sentido a su trabajo. Enfatiza lo imprescindible de que se preparen para ser apóstoles en la sociedad. Esto incluye también la vocación de ser padres en el momento adecuado.

El Papa Pío XII nos exhorta a educar a las futuras generaciones con dedicación y cuidado. Insiste en que la juventud es un tesoro que debemos proteger y guiar. Esto implica prepararnos para ser padres que puedan ofrecer a sus hijos una educación sólida y valores cristianos arraigados en el amor a Dios.

En el discurso de apertura del «Año de la Fe», el Papa Pablo VI nos invita a hacer que nuestra fe crezca y se fortalezca en nuestras vidas. Así, a que podamos ser testigos del amor de Dios en el mundo. Ser padres es una de las formas más hermosas de vivir nuestra fe, educando a nuestros hijos en el camino de Cristo y guiándolos hacia una vida plena en Dios.

El cuidado de la familia: la planificación de la paternidad

La planificación familiar nos permite también cuidar de nuestra propia familia. Nos asegura que podamos ofrecerles a nuestros hijos todo lo que necesitan para crecer felices y sanos. Esto incluye aspectos materiales. Además, educación emocional y espiritual.

Ser padres merece ser planeado para poder brindar a nuestros hijos un ambiente estable y amoroso. Es imprescindible para que ellos puedan desarrollarse plenamente.

En resumen, la planificación familiar no es solo una cuestión de decidir cuándo tener hijos. Implica reflexionar sobre cómo podemos ser los mejores padres posibles. Es un acto de amor y responsabilidad hacia nuestros hijos, hacia nuestra familia y hacia Dios. No olvidemos que es Dios Padre quien nos confía estas preciosas vidas para que podamos guiarlas hacia la plenitud y la felicidad en Él.

 

 

Escrito por: Anne Julieth Ramírez, MBA, Administradora, gestora, docente y entusiasmada por el emprendimiento y la innovación, vía amafuerte.com

 

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