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La problemática del maltrato infantil requiere atención inmediata. ¡No hay que esperar más, ni hacernos los ciegos!

Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, 3 de cada 4 niños de entre 2 y
4 años sufren castigos corporales o violencia psicológica por parte de sus padres o
cuidadores. El número de niños y jóvenes víctimas de maltrato infantil en el Ecuador
es realmente alarmante, y el impacto que están generando es evidente por las altas
olas de violencia que están acechando a nuestra sociedad. Necesita atención
inmediata.

Cualquier forma de abandono, desatención, abuso (sexual, físico o emocional) o
explotación que afecte a un niño menor de 18, atenta contra su dignidad, pone en
peligro su salud y supervivencia, y afecta su desarrollo integral. Es por eso
necesario voltear nuestra vista hacia esta problemática y trabajar, desde distintos
sectores, en la búsqueda de soluciones eficaces y oportunas contra el maltrato
infantil.

Hace pocos días fuimos testigos de cómo una madre zarandeaba a su hijo de una
manera absolutamente cruel en la ciudad de Ambato. Las reacciones frente a
situaciones como estas son diversas. Nos podemos encontrar con insensibilidad o
apatía, rechazo, y desgraciadamente incluso con una tendencia de aceptación
sociocultural. Con lo cual, resulta improrrogable abordar esta problemática a todo
nivel, identificar las principales causas y desarrollar mecanismos de protección para
nuestros niños.

 

 

Actuar ante el maltrato infantil

Otro grave problema es que la gran mayoría de estos casos quedan ocultos. En
consecuencia, son pocas las víctimas que reciben ayuda. Además, en la mayoría de
los casos, no se trata de situaciones aisladas, por el contrario, afectan a todo el
círculo familiar. En este sentido, es fundamental también trabajar en la educación y
en el apoyo a los padres en la crianza de sus hijos, así como fortalecer los canales a
través de los cuales las víctimas puedan recibir ayuda.

No es suficiente con reforzar la ley para que estas conductas sean fuertemente
sancionadas. Estamos frente a una vulneración grave del deber de protección de los
niños que tiene el Estado, la sociedad y la familia. Es necesario actuar tanto en la
prevención como en la erradicación.

No cabe duda de que, una víctima de maltrato infantil será un futuro eventual
agresor. Los seres humanos somos la consecuencia de nuestras experiencias y un
ambiente hostil no es la mejor escuela de vida. En situaciones como estas, lo usual
es que el círculo de violencia no termine. Toda lucha contra la violencia comienza
con un trabajo eficaz enfocado en prevenir el maltrato infantil a todo nivel.

En definitiva, este es un llamado a todos los actores sociales para dirigir nuestros
esfuerzos para atender de una manera ágil y oportuna esta problemática. Que, en
cada comunidad, por pequeña que sea, se refuercen todos los sistemas para
impedir la falta de sensibilidad, se promuevan espacios de atención para nuestros
niños víctimas de violencia y se trabaje en la generación de propuestas que impidan
que los malos tratos se repitan y se corten de raíz, todos los casos de violencia
intrafamiliar.

 

 

Escrito por: María de Lourdes Maldonado, Directora de Dignidad&Derecho.

 

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