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En muchas ocasiones tenemos un serio problema como padres… y es que no sabemos ¿cómo lograr que duerman nuestros hijos?

Algunos niños tienen una facilidad natural para dormir bien y desde muy pequeños se acostumbran a un horario y a unas rutinas, contribuyendo a la paz familiar. A otros por el contrario, les cuesta bastante coger el hábito del sueño y necesitan de algunas estrategias. En el mercado hay muchos libros con diferentes métodos, ?cuál es el mejor? Es difícil saberlo.

A veces el sentido común es el mejor consejero

No todos los niños ni todos los hijos dentro de una misma familia son iguales. Lo que a veces para uno sirve, para otros, no. Ni todos tenemos la misma necesidad de horas de sueño.

Hay niños que se duermen en un santiamén, los hay que tienen dificultades para dormir solos, otros que se despiertan varias veces, tienen un sueño muy ligero y reclaman constantemente a sus padres, los hay muy madrugadores, los hay que duermen menos horas de lo normal para su edad, los hay de muchos tipos , como nos pasa a los adultos.

Los pediatras aconsejan que un niño duerma una media de 10 a 12 horas al día. El que un niño no duerma como es debido, altera la paz familiar, dificulta el descanso del resto de miembros, y por consiguiente aumenta el cansancio y la tensión de los padres. Y con cansancio y tensión es difícil educar. Por eso a veces se convierte en un problema serio que hay que intentar solucionar por el bien de toda la familia.

 

 

Rutinas

Desde algunas experiencias personales recogidas, se afirma que lo mejor es enseñarles a dormir desde el primer momento a una hora fija; para ello nos apoyaremos en las rutinas:

Hora fija.
Baño.
Cena.
Dientes, pis, etc.
Cuento/Diálogo/Rezar (20 minutos aproximadamente).
Despedirse.

 

 

Problema a tener en cuenta y soluciones

Un problema, hoy en día, es que los niños no duermen lo suficiente y se está comprobando que su rendimiento en el colegio es bajo. Suelen ser niños irritables, inquietos, lloran, no saben lo que les pasa, en realidad es que están cansados.

A la hora de dormir, los niños suelen estar más sensibles, necesitan cariño seguridad. A veces no nos han visto en todo el dia y por eso nos reclaman, pero esto no quiere decir que tengamos que hacer todo lo que el pequeño nos pida. Debemos marcar unas normas, cumplirlas, sin enfadarse y con paciencia.

Comenzaremos con la rutina del baño diario o ducha. Los niños tienen que acostumbrarse a dicha actividad diariamente, no solo por higiene, factor muy importante, sino porque también les relaja y es una forma de avisar que la hora de dormir se acerca.

El niño tiene que tener claro que después de que se acuesta, ya no es su tiempo, sino el tiempo de los papas, y que hasta que sea de día no se puede levantar de la cama.

Si cedemos cuando nos llamen solo para que estemos un poquito más con ellos, estamos perdidos, esos cinco minutos se multiplicarán hasta hacerse interminables, y asi un dia tras otro.

 

 

Excursiones de los niños a la cama de sus padres

Aunque nos resulte muy pesado, siempre nos levantaremos y llevaremos a nuestro hijos a su habitación, cama, sin demasiadas contemplaciones. Debemos mostrarnos siempre firmes y no ceder. Si esto no da resultado, podemos hacer la táctica del sándwich que consiste en apretujar (sin hacer daño) a tu hijo de forma que se sienta incómodo durmiendo en tu cama decida irse a la suya en la que está más cómodo.

Podemos decorar su habitación juntos, para que le resulte más atractiva, hacer una cartilla de puntos por cada noche que consiga dormir solo y al final obtendrá un recompensa. Leerle o contarle cuentos alusivos al tema de dormir.

¡Dulces sueños!

 

 

Tomado y adaptado por: Andrea Velasco, Psicóloga. Instagram: @psicolog.a

 

 

 

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