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El Dr. Elard Koch, Director del Instituto MELISA, y su equipo, ha publicado el editorial de la Revista Chilena de Obstetricia y Ginecología de noviembre de 2014, y demostrado que la prohibición legal del aborto en 1989 no sólo provocó la disminución de la mortalidad por aborto provocado en Chile, sino que además, las hospitalizaciones por esta causa habrían disminuido significativamente en la última década.

En el editorial, el epidemiólogo discute evidencia inédita del Instituto MELISA, confirmando que Chile presenta una disminución sostenida de los egresos hospitalarios por abortos con alta sospecha de ser provocados -representados por algunos códigos de clasificación de la Organización Mundial de la Salud- a razón de 2% por año desde 2001. Dicha disminución no se presenta en las hospitalizaciones por otro tipo de aborto, como las pérdidas espontáneas o los embarazos ectópicos entre otros, los cuales han permanecido constantes durante el mismo periodo.

La buena calidad de las estadísticas vitales chilenas en general, hace improbable que sea un artefacto del sistema de registro. En consecuencia, una reducción de hospitalizaciones por aborto provocado en la clandestinidad, parece explicar prácticamente la totalidad de la disminución de los egresos por cualquier tipo de aborto en Chile durante la última década.

En Chile, se estima ocurren alrededor de 13.000 a 18.000 abortos provocados en la clandestinidad cada año, con un riesgo de muerte de 1 en 4 millones de mujeres en edad fértil

La experiencia chilena representa una paradoja en la actualidad: aún existiendo leyes de aborto no permisivas, los indicadores de salud materna pueden mejorar significativamente debido a otros factores, incluyendo una disminución de la mortalidad y morbilidad por abortos provocados en la clandestinidad.

Además de resumir la evidencia previamente publicada por el Instituto MELISA, demostrando que Chile es un parangón de salud materna en el continente americano, el editorial presenta resultados inéditos de un estudio en curso acerca de los perfiles de vulnerabilidad de 3.134 mujeres chilenas con embarazo no planificado en riesgo de un aborto. La investigación, muestra que mujeres con un alto riesgo de aborto provocado, parecen tener un perfil de vulnerabilidad fuertemente marcado por coerción y miedo, representando en conjunto casi 70% de las razones para declarar la intención de poner fin al embarazo. Aún más, los resultados sugieren que programas de apoyo dirigidos a mujeres vulnerables, logran prevenir o evitar la mayoría de las veces un aborto en la clandestinidad, logrando un desenlace de nacido vivo (con y sin adopción) que alcanza 69% a 94% dependiendo del grupo de riesgo.

En Chile, se estima ocurren alrededor de 13.000 a 18.000 abortos provocados en la clandestinidad cada año, con un riesgo de muerte de 1 en 4 millones de mujeres en edad fértil y ocasionando cerca de 16% de todas las hospitalizaciones por aborto. Se piensa que la mayor parte ocurre a través del uso auto-administrado de misoprostol. A pesar de ello, varios autores coinciden que el progreso chileno parece explicarse por el éxito de las políticas de salud materna, acceso universal a métodos modernos de planificación familiar, aumento del nivel educativo femenino y más recientemente, por la emergencia de programas de apoyo por la sociedad civil para embarazos no planificados en riesgo de un aborto.

Vía Centro de Bioética

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