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Una de cada cinco jóvenes entre 17 y 25 años en Latinoamérica sufrirá un abuso sexual.

He podido palpar las preocupaciones de chicas adolescentes, que temen salir a discotecas con sus amigas por miedo a ser víctimas de violaciones o asaltos. El agresor suele utilizar drogas para que sus víctimas o sus amigas no noten alguna anormalidad en su comportamiento y luego poder abusar sexualmente de ellas. Las estadísticas dicen que una de cada cinco jóvenes entre 17 y 25 años en Latinoamérica va a sufrir este tipo de abuso.

Cuatro Universitarios en Carolina del Norte inventaron un  esmalte de uñas llamado Undercover Color que, al entrar en contacto con drogas en la bebida, cambia de color y las chicas puedan detectar la sustancia (de una manera muy discreta) y huir de abusadores sexuales. Este producto está en fase de investigación y no será aprobado antes de fin de año.

El problema con este tipo de abusos es que muchas chicas guardan silencio, ya que la forma como sucede es distorsionada, y las que suelen contarlo lo narran como un episodio en el cual estaban totalmente bien y algún desconocido se les acercó y les brindó una bebida. Luego, no recuerdan absolutamente nada, solo el despertar en algún motel o tiradas en la calle.

En los hombres tiene otro tipo de connotaciones, ya que son abordados de la misma manera, pero suelen ser víctimas de robo en la mayoría de las ocasiones. A esto lo conocemos en Ecuador como víctimas de las “dulce sueño”.

Lo alarmante es que se han registrado ya muertes por sobredosis de estas sustancias, que son prohibidas en muchos países desde la década de los noventa. Las discotecas y bares suelen ser los lugares más comunes para que este tipo de episodios ocurran.

No obstante, mi preocupación es la forma cómo nuestros jóvenes ven y perciben el tema. Existen  otros tipos de consumo que, mezclados con alcohol, llevan a la inconsciencia y  por lo tanto, a los abusos. Los tan afamados happy brownies de marihuana, así como el alcohol en grandes cantidades, son un peligro inminente.

Lo que debería preocuparnos a los padres es por qué, cada vez a más corta edad, se están consumiendo sustancias (drogas) que alteran la mente o estado de ánimo. Es común conocer a personas que piensen que, mientras más intensidad en el consumo de sustancias, es mejor. De hecho, ver la imagen de un grupo de jóvenes colegiales emborracharse, pelearse y perder la consciencia en una discoteca se ha vuelto común para muchos. Pero, el hecho de que sea un mal común, no quiere decir que sea normal.

Es importante que los padres estemos informados de lo que sucede con las drogas y las nuevas formas que existen de consumo, así sabremos cómo abordar el tema. Informemos a nuestras jóvenes lo que ya se viene dando, para que no acepten ningún tipo de bebida de personas desconocidas.

 

Por Antonio Rimassa Chiriboga
Taller.tapad@gmail.com
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Tapad-Criad

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