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A propósito de la decisión del presidente Rafael Correa,  quien mediante decreto ejecutivo el 26 de noviembre, transfirió a la Presidencia de la “Estrategia Nacional Intersectorial de Prevención del Embarazo Adolescente y Planificación Familiar”, ENIPLA.

Al finalizar una de las cátedras de Derecho Societario, y preocupada por el bajo rendimiento de un alumno, del que reservo el nombre, le pregunté qué le sucedía. Me dijo: “Le voy a ser franco, no logro concentrarme en nada, no atino a ninguna materia y creo que se debe a la pornografía que llevo viendo desde los 13 años de edad”. 

Algo impresionada y con cierta preocupación de madre, característico de las mujeres, le dije que mantuviera la calma y no perdiera de vista el sentido de su vida, de sus ideales. Al llegar a casa, me detuve a realizar una exhaustiva investigación de las consecuencias de la pornografía.  Descubrí que hay un movimiento mundial que advierte sobre las consecuencias psicológicas, físicas y espirituales de la pornografía, y que se llama Fight the new drug (Pelea contra la nueva droga). Se lo compartí, espero que le haya servido. 

Fight the new drug es un movimiento mundial que advierte sobre las consecuencias psicológicas, físicas y espirituales de la pornografía.

El tema de la educación sexual a nuestros jóvenes, debe ir mucho más allá de informar y dar preservativos o píldoras. A menudo nos encontramos con jóvenes confundidos, a veces ni los padres hablan de esto con ellos.

Un ejemplo muy claro lo tienen los países que “nos llevan la delantera” en estos temas. España, Estados Unidos, en estadísticas reflejaron el incremento del número de enfermedades de transmisión sexual, aún con el reparto de preservativos, y el costo de combatir nuevas enfermedades ante el fracaso de programas con base en  un supuesto “sexo seguro”.

Es necesario una nueva educación sexual, sustentada en la realidad de nuestros jóvenes, no solamente enfocada en los peligros de las relaciones sexuales precoces,  sino en la capacidad que tienen para amar, en la voluntad para saber esperar, y en la fuerza para jugarse la vida por nobles ideales,  que nos hace distintos de la sexualidad animal instintiva.

Solamente una educación sexual enfocada hacia el amor verdadero, en el pleno sentido de la sexualidad, que respete los tiempos psicológicos y biológicos de los adolescentes y jóvenes y fortalezca el diálogo en las familias, conseguirá que se reduzcan los embarazos en los adolescentes.

Mi alumno perdió el año por su escaso rendimiento académico, quizás estemos a tiempo de que no pierda algo más valioso: su dignidad.

Con esperanza, te damos la bienvenida “nuevo” ENIPLA.

 

Por: Cristina E. Franco Cortázar
Abogada
@chapus2012

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