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¿Eres lo que comes? ¿Cuánta verdad habrá o no habrá en esta conocida frase? Aunque no lo creas mucho dependerá de nuestra alimentación y emociones.

Las emociones tienen una influencia muy alta en nuestra alimentación. Esto explica por qué en ocasiones tenemos más ganas de comer dulces, chocolates, helado, pizza, hamburguesas, etc.

La comida de alguna manera suple vacíos emocionales. Nuestro cerebro obtiene sistemas de recompensa a corto plazo cuando comemos algo que nos gusta. Es por eso, que en ocasiones mientras comemos eso que nos agrada tendemos a movernos y sonreír, incluso tararear una canción.

Este tipo de comida tiene más alto contenido calórico lo que representa una subida de peso. También puede presentarse el caso opuesto donde la persona pierde el apetito.

Los dos extremos pueden ser nocivos tanto para la salud mental como física. Para prevenir estos altibajos emocionales, es necesario aprender a canalizar y manejar adecuadamente las emociones.

 

 

Sentir no es malo

En realidad, sentir no es malo, toda emoción tiene un motivo, y una función. Permitirse sentir y elaborar la emoción nos ayuda a tomar impulso para recuperarnos. Cuando nos damos el tiempo de sentir estamos evitando que las emociones se desborden, es decir, la rabia que no se maneja se puede convertir en agresividad, la tristeza en depresión, el miedo en pánico, alegría en euforia y el dolor en sufrimiento.

Alteraciones alimenticias

A su vez puedes sufrir alteraciones en la forma en que te alimentas. Cuando sientes rabia puedes tomarte un momento para respirar incluso escribir eso que sientes, te ayuda a elaborarla y de esta manera no actuar impulsivamente, cuando te sientes triste también puedes tomar 10 minutos de tu día traer a la mente eso que te causa tristeza y sentirla.

Una vez te recuperes estás listo para continuar, si te tomas unos minutos la canalizaras en ese momento y así no estará distribuida durante todo el día porque tu cerebro asume que ya te encargaste de ello.

Autoestima y amor propio

Algo que también debes trabajar es la autoestima y amor propio, entre más trabajas en ti y para ti mejor te sentirás. ¿Ponte en un nivel de importancia alto, muchas veces cumplimos con todo y con todos, pero no nos cumplimos a nosotros mismos, por ejemplo, si en el trabajo nos solicitan algo lo elaboramos si un hijo nos pide algo lo hacemos y que sucede cuando nos planteamos hacer ejercicio o alimentarnos bien? Lo postergamos, eso significa que le cumples a los demás, pero no a ti, así que empieza por pequeños pasos y desarróllalos hasta el final, no se trata de autoexigencia al máximo también están permitidos descansos lo importante es no abandonar, ten en cuenta que si tu estas bien, las personas que quieres también lo estarán.

 

 

Engaña a tu cerebro

A la hora de alimentarnos la mente nos puede jugar trampas, pero tú también puedes engañar a tu cerebro, por ejemplo; si sientes muchas ganas de comerte algo dulce, puedes permitírtelo pero si ya son excesos, puedes poner una alarma y decir ok me lo voy a comer pero dentro de 10 minutos, antes de que suene la alarma , puedes comer algunas almendras o pasas, una vez pasen los 10 min, evalúa si aún tienes ganas de comerte el dulce, muy seguramente engañaste a tu mente y ya activaste tu mecanismo de saciedad.

Recuerda cosas lindas

Antes de dormir, recuerda tres cosas lindas que te hayan sucedido en el día, cualquier situación que te haga sentir bien, desde un chiste que contaste un abrazo que alguien te dio, la paciencia que tuviste en casa, etc. una vez recuerdes el suceso agradece por eso y date un abrazo eso te ayudara a incrementar el amor propio y a enfocarte en las cosas buenas, recuerda que si tú te amas, te cuidas y te proteges todo alrededor empezara a fluir.

 

 

Escrito por: Psic. Carol Obando, Directora del Centro internacional de PNL, Coaching y Psicología.

 

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