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Nuestro país ha enfrentado horas de intenso clamor que merece atención y solidaridad.

Ecuador continúa en el foco informativo internacional. En las últimas horas, además de la mudanza de la sede de gobierno de Quito a Guayaquil, se confirmó la muerte de dos personas durante las protestas, se decretó un toque de queda parcial (sumado al vigente estado de excepción ahora por 30 días) y hubo ingreso por la fuerza de manifestantes indígenas en el edificio de la Asamblea Nacional ubicado en Quito.

Es que estas protestas, que surgen a raíz del anuncio de medidas económicas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (quita de subsidios a los combustibles), tiene como fuertes protagonistas a los indígenas agrupados a través de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE), quienes piden principalmente la renuncia del presidente Lenín Moreno.

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Uno de los propósitos, en las últimas horas, también ha sido avanzar hacia el Centro Histórico, afectado por estas marchas, lo que produjo enfrentamientos con la Policía.

En otros lugares del país continuaban las destrucciones de negocios, saqueos y actos de vandalismo en medio de una situación de caos, paros y restricción de movilidad.

Por su parte, el presidente Lenín Moreno ha descartado la posibilidad de renuncia y ha acusado a su antecesor, Rafael Correa, de intentar dar un golpe de Estado. También hizo referencia al eventual apoyo de Venezuela.

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La Iglesia se ofrece para mediar

La Conferencia Episcopal Ecuatoriana volvió a pronunciarse en las últimas horas a raíz de la continuidad del clima de hostilidad reinante. Esta vez, luego de un mensaje inicial reproducido por Aleteia, ofreciéndose como mediadora (propuesta que estaba cobrando fuerza por estas horas junto a la ONU) con el siguiente mensaje:

“Dentro del marco constitucional y legal del Estado ecuatoriano y buscando el bien común, como Consejo de Presidencia de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, ratificamos nuestro firme compromiso de colaborar en la solución de las tensiones o conflictos que actualmente afronta nuestra sociedad ecuatoriana. En tal virtud, nos mantenemos abiertos a toda propuesta que las partes vieran conveniente y oportuna y en los términos más apropiados.

Hacemos votos para que el diálogo sereno y respetuoso nos permita seguir trabajando por la justicia y la solidaridad que nuestro pueblo espera de las autoridades gubernamentales y de todos los actores sociales y políticos”.

El mensaje de pacificación también surgió desde otras organizaciones vinculadas a la Iglesia en Ecuador como la Red Clamor:

Red CLAMOR Capítulo Ecuador: «En este momento conflictivo, es indispensable el respeto a todas las personas. Aquí y ahora tenemos que poner en práctica la capacidad de reconocer a la otra persona como otra, con su propia cultura, con su propia manera de ver la vida».

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Es por todo esto que Ecuador merece por estas horas atención, solidaridad y oración.

Vía Aleteia

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