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El monitoreo parental, puede ser un factor de protección ante las conductas de riesgo, tales como: consumo de alcohol e inicio temprano de relaciones sexuales.

Según la última Encuesta Nacional de Demografía y Salud, el 17.4 % de las mujeres entre los 15 y los 19 años es madre o está embarazada. Asimismo, de las mujeres entre los 20 y los 24 años de esta encuesta, el 31.1 % tuvo su primera relación sexual antes de los 15 años y, el porcentaje en los hombres, fue de 16.3 %.

Por otro lado, según datos del programa Rumbos de la Presidencia de la República, Colombia es el país de Latinoamérica en donde se da inicio al consumo de alcohol a más temprana edad: 14 años. ¿Podemos hacer algo como padres para reducir este porcentaje y evitar poner en riesgo a nuestros hijos?

Amanda Rodríguez, jefe del Departamento de Afectividad y Sexualidad, en coautoría con Diana Rico, profesora del Instituto de La Familia, y Olga Lucía Montero y Ángel Rubio, graduados de la Maestría en Asesoría Personal y Familiar, Universidad de La Sabana, realizaron un estudio a 1.916 estudiantes entre los 12 y los 18 años (1.029 mujeres y 884 hombres) y a 570 padres de familia, todos de 16 colegios del país. El objetivo era identificar si el monitoreo parental tenía una relación o no en el inicio de la vida sexual de los adolescentes, y si esta decisión se relacionaba con el consumo temprano de alcohol.

 

 

¿Qué se encontró?

Los resultados evidenciaron que un 57 % de los jóvenes escolarizados ha ingerido licor. Esta conducta de ingesta de alcohol aumenta la probabilidad de iniciar las relaciones sexuales, al tiempo que se reporta una alteración en sus decisiones hasta el punto de sentir arrepentimiento por las conductas adoptadas.

El nivel de monitoreo parental, es decir, el conocimiento que los padres tienen de las actividades de sus hijos es alto entre los encuestados. Al contrastar esta situación con el inicio de las relaciones sexuales, se evidencia que los adolescentes que perciben mayor monitoreo tienen menores posibilidades de iniciar su vida sexual.

Para los autores de esta investigación, considerar estas variables permite a los padres de familia tener herramientas para cuidar a sus hijos adolescentes y evitar los riesgos de que estos consuman alcohol a edades tempranas y, en cuanto al pronto inicio de la vida sexual, evitar, por ejemplo, embarazos adolescentes y enfermedades de transmisión sexual (ETS).

“En conclusión, los resultados refuerzan la necesidad de que los padres ejerzan el monitoreo como un factor de protección ante las conductas de riesgo, como el inicio del consumo de alcohol y el inicio temprano de las relaciones sexuales”, explica Rodríguez. De la misma manera, “Los padres que incrementan el monitoreo de sus hijos, mostrando interés acerca de su paradero y sus actividades sociales, reducen en un alto porcentaje la probabilidad de que los jóvenes inicien su vida sexual”.

“Estos resultados son un insumo para crear bases y desarrollar programas que permitan fortalecer los planes asociados a la prevención y la reducción de las consecuencias ocasionadas por el inicio de las relaciones sexuales en adolescentes, tales como las antes mencionadas”, concluye la profesora Rodríguez.

 

 

Algunas cifras del estudio

Fueron encuestados 301 adolescentes que manifestaron haber tenido relaciones sexuales (58.1 % hombres y 41.9 % mujeres). Esto equivale a que uno de cada seis estudiantes ha tenido relaciones sexuales con penetración.

La edad media a la que los estudiantes tienen la primera relación sexual con penetración es de 14 años.

El 57.7 % de la muestra ha consumido alcohol. Cuando un adolescente consume alcohol tiene una probabilidad del 27 % de iniciar su vida sexual. Para los estudiantes que no consumen alcohol, esta probabilidad se reduce al 5 %

El adolescente con un bajo nivel de monitoreo parental tiene una probabilidad del 44 % de iniciar sus relaciones sexuales.

 

 

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