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Para conocer nuestros hábitos alimenticios actuales, es fundamental saber cómo cambiaron las dietas a lo largo de las últimas 4 décadas.

Sí existe un factor común que se mantuvo en las dietas a lo largo de estos 40 años es que siempre hay algo nuevo que intentar. Afortunadamente, en los últimos años, hubo un poco más de coherencia al promover una nutrición equilibrada y un estilo de vida activo y saludable que no se base en restricciones y hábitos momentáneos.

 

 

Lo que ocurría en la década de los 80s

La década de los 80 se basó en la tendencia de dietas bajas en grasas y altas en carbohidratos. La intención era reducir las grasas de cualquier fuente, incluso aquellas saludables, y consumir muchos carbohidratos (entre ellos, una gran cantidad de azúcar), algo que hoy en día se consideraría como una dieta impensable para muchos.

Las dietas de moda eran fascinantes:

  • La dieta de la sopa de col consistía básicamente en agua y col: No es sorprendente que la gente perdiera peso. Pero, además, perdía muchas vitaminas, minerales y proteínas.
  • La dieta de Beverly Hills: Se enfocaba en una combinación de alimentos que ayudaba a las personas a evitar consumir carbohidratos y proteína al mismo tiempo. Esto resultaba en una pérdida de peso, pero no era por arte de magia o por combinar alimentos. Ya que las proteínas y los carbohidratos no podían consumirse al mismo tiempo, las porciones eran naturalmente más pequeñas.

 

 

La década de los 90s: Dietas bajas en grasa

Todavía existía el furor por las dietas bajas en grasas y altas en carbohidratos, por lo que muchos productos “sin grasa”, como las galletas y los bocadillos, comenzaron a invadir el mercado, haciéndole creer a las personas que podrían consumir todos los bocadillos sin grasa que quisieran sin ganar peso.

Pero estos productos “sin grasa” no eran “sin calorías” y la gente comenzó a darse cuenta de que consumir grandes cantidades de alimentos sin grasa los llevaba a ganar peso, por lo que las dietas comenzaron a tomar un rumbo más equilibrado.

Las dietas más populares en esta década fueron:

  • La dieta de la zona, que recomendaba que cada comida incluyera 40% de calorías provenientes de los carbohidratos, 30% de proteína y 30% de grasa, creando una gran diferencia con las dietas bajas en grasas de la década de los 80.
  • La dieta basada en el tipo de sangre, misma que proponía diversas recomendaciones con base en el tipo de sangre de la persona. Si bien es cierto que esta dieta ya ha sido desacreditada, dirigió la atención, o quizás sentó las bases para una tendencia enfocada en la “nutrición personalizada”, algo que aún se encuentra en boga. ​​​

En la década de los 90 surgió también un interés saludable en la fibra y el vegetarianismo comenzó a convertirse en algo más popular, conforme la soya y las hamburguesas vegetarianas basadas en granos comenzaban a aparecer en el mercado general.

 

 

Lo que comenzó a “surgir” a partir del año 2000

La nueva era también llegó con un gran cambio en la alimentación, enfocado hacia un mayor consumo de proteína y menor consumo de carbohidratos. Con el tiempo, los productores de alimentos comenzaron a crear nuevas opciones bajas en carbohidratos para ir a la par con esta tendencia.

Pero, tal como sucedió con la moda baja en grasas de los años 80, muchos consumidores abusaron de estos alimentos bajos en carbohidratos (¡pero no bajos en calorías!) y tuvieron dificultades para alcanzar sus objetivos de pérdida de peso.

Tres de las dietas más destacadas fueron:

  • La dieta Atkins comenzó a tomar fuerza otra vez. Una dieta básicamente muy baja en carbohidratos, Atkins fue muy popular en los años 60, y modificada una y otra vez.
  • La dieta Special K  Proponía reemplazar dos comidas diarias con leche y cereal y, por lo tanto, controlar las porciones y las calorías.

También surgió el movimiento de los alimentos crudos, pero no prosperó ya que iba dirigido principalmente a los veganos. Estuvieron disponibles al público algunos bloqueadores de grasa de venta libre y las grasas trans fueron satanizadas cuando se dio a conocer lo peligrosas que eran para la salud cardiovascular.

El alimento de la década era el tocino. El té verde comenzó a cobrar importancia; aparecieron tiendas de smoothies en cada esquina y los productos “orgánicos” y “locales” comenzaron a ser más comunes.

 

 

La década de 2010 fue muy “extra”

Revisando la última década de las tendencias y los hábitos en la alimentación descubrimos que la dieta keto y la dieta paleo se volvieron muy importantes en los últimos 10 años, junto a una nueva tendencia conocida como ayunos intermitentes.

Todo se resumía a estas cuatro dietas:

  • Las dietas libres de gluten se convirtieron en una estrategia muy popular de pérdida de peso, ya que eliminaban naturalmente los alimentos que contienen trigo, como el pan, la pasta y los cereales. Pero una vez que los productores descubrieron cómo retirar el gluten (¡y mantener las calorías!), la pérdida de peso se vio frenada de nuevo.
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  • La dieta Paleo fue diseñada para imitar la alimentación de nuestros ancestros, quienes cazaban y recolectaban, ya que muchos piensan que va de acuerdo con nuestra composición genética. Este patrón alimentario incluye carne magra, pescado, frutas, verduras, nueces y semillas y suprime los lácteos, granos y frijoles.
  • El ayuno intermitente tiene diversas variantes, pero actualmente el más popular es en el que toda la comida del día es consumida dentro de un periodo de ocho horas mientras que en las 16 horas restantes se ayuna.

Durante la década pasada aparecieron carritos de comida por todas partes y la carne sin carne real se convirtió en algo normal con nuevas alternativas que ofrecían un sabor similar a la carne real y que se crearon para satisfacer a los detractores de las hamburguesas vegetarianas.

También aparecieron reemplazos de leche, como la soya, de chícharos, de nueces o de avena y preocuparon a la industria de producción lechera. Las grasas saludables reinaban, mientras el café de mantequilla se convirtió en parte de la popular dieta keto.

 

 

Nueva década, mismas tendencias

Y aquí estamos, en 2020 y nuestra quinta década como compañía. ¿Qué sigue? Mientras las tendencias e ideas acerca de las dietas saludables y los alimentos populares han evolucionado a través de los últimos 40 años, ha sido muy interesante descubrir un patrón en esas tendencias que continuará presente:

La pérdida de peso

A través de estas décadas, hemos observado que las personas están continuamente buscando opciones para el manejo de peso. La obesidad es una preocupación creciente ya que se prevé que para el 2030, la mitad de la población en Estados Unidos padecerá de obesidad.

Comida en porciones y sistemas de apoyo

Un concepto probado desde la década de los 80. La gente ha optado por seguir alguna dieta, pero muchas veces sin ninguna guía. Esto demuestra la importancia y necesidad de educar a los consumidores acerca de la nutrición y los hábitos saludables.

Dietas basadas en plantas e ingredientes sostenibles

Ahora más que nunca, la gente es consciente de la importancia de una dieta equilibrada. De hecho, la dieta del Mediterráneo que tuvo su primer apogeo en los años 90 fue nombrada la Mejor Dieta Integral del 2020 por el US News and World Report.

Tomando en cuenta el impacto en el clima y el ambiente, los ingredientes basados en plantas y sostenibles (¡bienvenida la tendencia de carne sin carne!) continuará adquiriendo popularidad mientras la gente se dé cuenta de cómo sus elecciones alimentarias crean un impacto en ellos mismos y en el ambiente.

 

 

Fuente: Susan Bowerman, Directora Senior, Educación y Capacitación Mundial sobre la Nutrición de Herbalife Nutrition.

 

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