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María Clara Ambrosini Cabrera, su mayor deseo es rescatar y masificar el ballet clásico ruso en Ecuador y donde quiera que vaya.

Disciplina, respeto, trabajo duro, concentración, belleza, pasión y perfección… todos estos puntos son claves en la práctica del ballet clásico ruso, el cual tiene una gran representante en Ecuador, hablamos de la bailarina profesional María Clara Ambrosini Cabrera, quien a sus 24 años de edad cuenta con su academia de ballet Artium y ha destacado a nivel internacional.

Pero ¿quién es María Clara Ambrosini Cabrera y cuál es el legado que día a día fomenta para las próximas generaciones? Te lo contamos.

 

 

El ballet lo lleva en la sangre

Desde bebé María Clara mostraba dotes para el ballet, a pesar de que no había tenido ninguna enseñanza. “Mi mamá me contó que algo que yo hacía era que en mi cuna abría mis piernitas y hacía poses de ballet, lo que para ella era algo que la llenaba de alegría, porque mi abuela y ella habían estudiado este bello arte en la Casa de la Cultura del Guayas, entonces la pasión y la sed por bailar ya venía en mis genes”, recuerda entre sonrisas María Clara.

La bailarina profesional y también maestra de ballet clásico ruso, con el apoyo de sus padres y de toda su familia ingresó a la Escuela Rusa de Ballet de Ana Wiesner (+) con tan solo 3 años de edad. Estudió por 16 años junto a Ana, quien luego de una larga enfermedad falleció en 2016. María Clara la recuerda con mucho amor y cariño, de hecho, gracias a lo que ella le enseñó es que pudo perfeccionar su técnica.

Por 2 años fue parte de la compañía juvenil Pam Danza Teatro, pero al graduarse del colegio, viajó a Argentina a trabajar en el Ballet del Parque del Conocimiento, donde estuvo por un par de años, para luego dirigirse a Miami, donde laboró por año y medio con Vladimir Issaev, reconocido maestro de ballet, coreógrafo y director artístico del Arts Ballet Theatre of Florida.

“Estar alejada de mi familia por varios años me ayudó a ver la vida de forma diferente. Independizarte como adulto con tan solo 18 años es difícil, sin embargo, pude valorar mucho lo que antes daba por sentado en mi casa, mi familia y ese soporte de quienes quieres que estén a tu lado todos los días, eso es más importante delo que uno cree”, expresa María Clara.

 

 

La pandemia y su retorno a casa

A la joven bailarina profesional le estaba yendo excelente en Estados Unidos, pero llegó la pandemia y todo empezó a cerrarse por el riesgo de contagio, lo que la impulsó a regresar al país y por ende volver a casa con sus padres y ocho hermanos varones.

“Fue complicado afrontar la pandemia, pero algo que ayudó mucho fue que acá en Ecuador estuve dando clases particulares vía online a bailarinas que deseaban perfeccionar su técnica, lo que fue el primer paso para tomar la decisión de crear mi propia Academia de Ballet Clásico Artium, la cual tendría como sede el mismo salón en el que me formé y donde tuve como maestra a Ana Wiesner (+)”, cuenta María Clara.

Ya con los grupos armados arrancó la academia y para bendición de la bailarina profesional y hoy maestra, el número de estudiantes interesadas empezó a aumentar, a pesar de que hoy en día se lo ve o cataloga al ballet clásico como algo no llamativo o comercial, ya sea esto por desconocimiento o porque se prefieren otros tipos de danzas más liberales.

Estar en Ecuador también ayudó a que María Clara pudiese estudiar en la UEES y obtener su Licenciatura en Danza, título que también sumó a la experiencia y conocimientos que ella desde chica había obtenido.

 

 

El enfoque de Artium

María Clara cuenta que en Artium se enseña ballet clásico ruso, el que, a diferencia de otras técnicas o tipos de danza, lo que busca es la belleza, la estética y la perfección en la puesta en escena, de hecho, sus estudiantes tienen muy claro aquello y es algo que les fascina.

“Es gracioso como se fue dando todo respecto a la academia, porque muchas de las estudiantes que llegaron y hoy son muy felices en las clases, llegaron acompañando a sus hermanas, amigas o primas y, en primera instancia decían que esto era aburrido o cosas así, sin embargo, al ver las clases una, dos o tres veces, empezaba a crecer en ellas ese deseo de formar parte y terminaron inscribiéndose y tanto ellas como yo nos identificamos como “balletómanas”, todo el esfuerzo, pasión, disciplina y amor que sentimos hacia el ballet clásico ruso estilo Vagánova, que fue el que aprendí y hoy les transmito a cada una de ellas”, explica María Clara.

En Artium las estudiantes ponen en escena la perfección en los pasos aprendidos, que es comparable a un cuento de hadas o de princesas en la vida real.

 

 

Mi familia

María Clara Ambrosini cuenta que ella proviene de una familia muy católica y familiar, donde tanto a ella como a sus ocho hermanos varones, sus padres siempre los han apoyado y amado sin tener preferencias, sino que a todos se los ha valorado por igual.

“Crecí rodeada siempre de mis hermanos y del resto de mis familiares y, eso influyó a que a lo largo de mi carrera estuvieran súper presente, acompañándome y cuidándome y siempre eso ha sido un gran pilar para mí, de hecho, puedo asegurar que gracias a ellos y a mi pasión por el ballet es que soy quien soy hoy actualmente”, dice María Clara quien también agrega que “tener padres, hermanos y más familiares apoyándome sin duda alguna me ayudó a avanzar, crecer y perseverar”.

Algo que también destaca la directora de la academia Artium respecto a su familia, es que los valores cristianos siempre estuvieron presentes, los cuales fueron es base sólida que le permitió a ella y a sus hermanos poder alcanzar sus sueños y proyectos a nivel personal y profesional, todo gracias al buen ejemplo de sus padres.

 

 

Proyectos 2023

La bailarina profesional cuenta que está muy contenta porque este año se han visto reflejados los frutos de su arduo trabajo durante estos dos últimos años, primero porque ya tuvieron una primera clausura el año anterior, y en este 2023 ya están preparando una producción maravillosa y súper grande en el Teatro Sánchez Aguilar, donde presentarán su ballet favorito el Cascanueces, un clásico de Navidad.

“En el Cascanueces de niña tuve mi primer protagónico, por lo que es para mí mi obra favorita, y es por ello que en este año exactamente el 14 de febrero a las 19:00 horas en el Teatro Sánchez Aguilar, mis niñas lo pondrán en escena, estaré como productora, y también participaré en esta presentación que estamos preparando con mucho amor y pasión para quienes asistan a la función, ¡no se la pueden perder!”, detalla Ambrosini.

La directora de Artium cuenta también que la producción que presentarán es totalmente suya, de hecho, está encargada de la escenografía y todos los detalles de la misma, pero sin duda agradece el contar con el apoyo del Banco de Guayaquil, Reciplásticos y del Teatro Sánchez Aguilar.

A la talentosa bailarina profesional le han pedido que regrese a Estados Unidos, pero por el momento su objetivo principal son sus estudiantes y dejar en ellas viva la pasión por el ballet clásico ruso.

 

 

Invitación

“Como productora del Cascanueces, obra a la que amo, estoy tratando de que todo quede perfecto, conservando siempre la esencia del clásico ballet ruso. ¡Todo está quedando lindísimo! Por eso los invito a que nos acompañen a nuestra presentación en el Teatro Sánchez Aguilar, el 14 de febrero a las 19:00 horas. Los invitamos a recorrer este camino con sus hijas, sobrinas y amigas que quieran aprender, crecer, ser responsables y brillar”, finaliza María Clara Ambrosini Cabrera, bailarina profesional y directora de Artium.

 

 

Escrito por: Arcadio Arosemena Robles.

 

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