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“No es fácil trabajar en familia porque ciertas decisiones de la pareja atraen conflictos”, indican los esposos Zambrano Martínez.

“Supe ganarme la vida y no dependí de nadie para comer; antes bien, de día y de noche trabajé hasta agotarme, para no serles gravoso… El que no quiera trabajar, que no coma… Les suplicamos que se pongan a trabajar en paz para ganarse con sus propias manos la comida”. Tomado de la segunda carta del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses (3, 7-12).

En estos versículos San Pablo alude la importancia de trabajar y en la práctica diaria, en cualquier actividad, las personas aprenden a vencer obstáculos, se motivan en el servicio, promueven el liderazgo, se atiende las necesidades tanto de la familia como de los trabajadores, sin embargo, cuando se gerencia una empresa familiar y a la cabeza participan esposo y esposa la convivencia, la actividad profesional, las disposiciones, en sí la dirección del negocio podría necesitar de cierta fórmula secreta o muy particular que conlleve a compaginar los nexos afectivos y la posición de jefes en la toma de decisiones gerenciales sin que las relaciones no se afecten.

En fin, la fórmula secreta puede seguir siendo un misterio para muchos representantes de empresas familiares, sin embargo, no lo fue para Carlos Zambrano Zambrano e Iralda Martínez Vázquez de Zambrano quienes tienen su propia receta estratégica para administrar de manera exitosa las dos empresas más importantes de sus vidas: la familiar y la mercantil. Ambas organizaciones son fuente de satisfacciones personales, profesionales, económicas y de trabajo en equipo; en ambas el respeto y la equidad son sólidos pilares en los que estos esposos han trabajado arduamente.

La atención en lo emocional, la motivación, las relaciones interpersonales y la comunicación han jugado roles prioritarios, dirigidos a alcanzar la eficiencia organizacional y un alto valor depositado en la ética en el trabajo.

Carlos es manabita, su profesión es Médico Veterinario e Iralda nació en Huigra y estudió Ingeniería Comercial, ambos se conocieron en Guayaquil. Actualmente tienen 41 años de matrimonio, tres hijos, un yerno, dos nueras y la alegría de la familia son los nietos, una fuerte motivación para esta pareja; así se compone su núcleo familiar. Se definieron como un hogar católico y muy bendecido por Dios. El principal valor para la familia es la honestidad.

Les preguntamos acerca de qué es lo admirable de cada uno, Carlos respondió que le gusta Iralda tal y como es, una mujer con mucho equilibrio emocional; por su parte Iralda lo define como un hombre inteligente, trabajador, entusiasta, apasionado con su trabajo y desde que lo vio el primer día que lo conoció le encantó: “hemos hecho equipo en ambas empresas, en la familiar y la comercial, él es lanzado, yo soy más analítica”.

Acerca de la empresa comercial, esta se encuentra cumpliendo 33 años en el mercado; ambos concuerdan que ha sido complejo separar los temas familiares y los temas del negocio, implementar reglas, políticas, definir estrategias de mercadeo y comercialización.

Consideran que una de las transformaciones claves en la empresa comercial es el diseño y puesta en marcha de un sistema administrativo basado en la estructura de un Gobierno Corporativo, herramienta de gestión con enfoque en la participación de la familia y colaboradores encaminados a cumplir con estándares de eficiencia lo cual ha significado para la empresa un importante logro en la gestión empresarial.

 

 

Cómo ha sido la historia laboral

Luego de algunos años de matrimonio y decididos a emprender un negocio propio para mejorar los ingresos de la familia, la cual creció con la llegada de los tres hijos, barajaron opciones de emprendimientos y eligieron desarrollar uno en la línea de productos vinculados con la profesión de Carlos.

Iralda, a cargo de sus pequeños hijos se responsabilizó de dirigir la parte administrativa de ambas empresas: la familiar y la comercial, mientras Carlos viajaba a provincias para promocionar los productos de la creciente compañía. De esa época Carlos recuerda que cuando él regresaba de los viajes su esposa lo acostumbró a presentarle un minucioso detalle de los egresos domésticos, él nunca lo solicitaba, pero Iralda quien es una mujer muy organizada y planificada consideraba como parte de su responsabilidad mantener a Carlos informado de todos los gastos por irrisorios que estos hayan sido.

Desde que nació el negocio familiar y luego el comercial se nombró a Iralda como directora de Operaciones de Finanzas y Administrativas, mientras que Carlos asumió el Área Comercial, a propósito comentó “jefes absolutos no hay, todos tienen sus roles establecidos. En la casa quien manda es Iralda pero en la oficina mando yo”, y soltó en risas, acotando: “No es así que mando yo. Las empresas para que crezcan sanas, no se presenten problemas de autoridad y los cónyuges no se sientan vulnerados en sus cargos o derechos deben ser organizadas y operar desde un protocolo familiar. En la empresa todos los trabajadores tienen sus cargos y funciones establecidas. Cuando ingresaron los hijos a laborar en la compañía lo hicieron con un cargo vacante y con un sueldo acorde al mercado. Además, es importante observar las políticas y reglamentos de la empresa; por ejemplo, ningún hijo, gerente o colaborador puede meter mano en el dinero de la empresa, por mucha urgencia que tenga. Iralda es la responsable de manejar los recursos de la organización, desde que iniciamos el negocio lo ha hecho y no hay queja alguna de su trabajo, ni de las gestiones que ha realizado en el tema administrativo y de finanzas”.

Iralda comentó además que las decisiones de inversiones o relacionadas con el desenvolvimiento de la compañía no se toman de forma unilateral, siempre las conversan entre esposos.

En cuanto a la participación de sus hijos en cargos jerárquicos en la empresa, cada uno ocupa su rol y reconocen la autoridad que tanto Carlos como Iralda ocupan en la Dirección General, sin embargo, en Directorio todos son responsables de proponer temas y dar seguimiento a las estrategias definidas en el Consejo de Administración.

 

 

Los conflictos son parte del aprendizaje empresarial

Cuando los esposos trabajan en una misma empresa y ocupan cargos estratégicos y jerárquicos es normal que existan conflictos, para Carlos esto surge generalmente cuando existe desorden en las cabezas de los negocios e incide en el desenvolvimiento de la organización. Reconoció que nunca ha desconfiado de la gestión administrativa y financiera de su esposa, así como ella ha puesto ciegamente su confianza en las gestiones comerciales de Carlos en pro del crecimiento de la empresa; Iralda manifestó que generalmente los esposos jefes buscan controlarlo todo, ventajosamente esta pareja goza de total libertad de acción y gestión.

En cuanto al tema de los conflictos Iralda mencionó que muchas veces los generan terceras personas porque no están acostumbradas a cumplir con los protocolos empresariales, por ejemplo hay colaboradores que se acercan a Carlos para solicitarle un préstamo cuando ese procedimiento se realiza directamente en el área financiera, por lo tanto él no autoriza, ni aprueba nada que en este sentido no haya sido gestionado por la vía que corresponde resolver; ambos reconocen que al personal le cuesta entender los procedimientos y respetar las jerarquías corporativas; además Iralda fue enfática en expresar que es incapaz de saltarse la autoridad de su esposo con la toma arbitraria de alguna decisión o gestión en las áreas que él dirige ya que ese tipo de situaciones causan desorden.

 

 

Dialogar y no aburrirse en pareja

Para ambos el éxito en las actividades de dirección, en las empresas, está en no desautorizarse, en respetar los espacios operativos que ejercen en los negocios y en el plano personal, el que se desarrolla en casa o con los amigos, como, por ejemplo, las salidas para cumplir con las actividades sociales de cada uno.

Otra ventaja es que los dos son muy comunicativos, por tanto el dialogo ha sido y es la base para una buena coordinación laboral y de pareja, ambos conversan mucho y no desaprovechan ninguna oportunidad para dejar de charlar, incluso los fines de semana en casa juntos preparan piqueos, en ocasiones los acompañan con un vino y se dedican a conversar acerca de todo tipo de temas y en estas pláticas no sienten el pasar de las horas, se quedan despiertos hasta el amanecer, tipo cinco, seis de la mañana, disfrutando de sus diálogos en pareja, ambos confesaron amar y divertirse estando juntos, ellos no se aburren.

 

 

No es fácil ser mujer en el mundo laboral, pero debe trabajar

Coincidieron, definitivamente, que hombre y mujer deben tener actividad laboral y económica.

La mujer debe trabajar por muchos motivos, en el escenario más lamentable ante la pérdida de su cónyuge, por ejemplo, para que no quede indefensa, sin percibir un ingreso, por lo tanto, la mujer tiene que involucrarse en una actividad productiva, Carlos manifestó: “Esto sirve para mi hija y mis nueras, porque Iralda tuvo la película clara desde jovencita que ella debía estudiar y una vez terminada la universidad, por decisión propia, quiso trabajar. La mujer más allá de necesitar o no un trabajo, debe trabajar. Conversé con una excolaboradora de la empresa y me dijo que lo más duro de haber renunciado al trabajo fue pedir al marido dinero para comprar una botella de agua. Creo que una de las situaciones más penosas es que una mujer deba depender en lo económico del esposo. La mujer debe aprender a defenderse económicamente, tener sus ingresos por sí sola”.

Le preguntamos a Iralda acerca de si se ha sentido vulnerada en su rol de mujer y profesional y dijo que nunca: “siempre me integré y me adapto a todos los espacios, yo donde llego piso firme. Pienso que la mujer construye al marido, el ser humano se adapta a todo y hay mujeres que se adaptan a estar sumisas con sus maridos y se acostumbraron a eso”.

Carlos manifestó: “yo jamás he querido dominar a Iralda, siempre busque vida con libertad, no pasa nada si ella sale con sus amigas en la mañana y en la noche, si ella quiere salir, que salga”.

Una anécdota que recordó nuestra entrevistada y a propósito de los conflictos que surgen en el quehacer de las actividades laborales sucedió en los primeros años de iniciada la vida operativa de la empresa comercial, recordó que Carlos manejaba el área de ventas y ella, como hemos mencionado, el área financiera.

Al principio, manifestó Iralda: “él tomaba decisiones por su cuenta y estas decisiones afectaban la gestión administrativa y el manejo del recurso económico que venía gestando, por ejemplo, me decía hablé con el banco y vamos a comprar un carro, yo negaba la compra, la rebatía, no por capricho sino con los números de respaldo y él me decía, ya lo decidí. Un día de aquellos por algo discutimos, yo agarré mi cartera y firmemente le dije, yo así no puedo continuar, me voy de la empresa y él sabía que sin trabajo no me iba a quedar porque en mi primer trabajo siempre tuve las puertas abiertas para regresar. Conversamos, aclaramos posiciones y desde ahí no es que se acabaron totalmente los conflictos, pero se manejaban con otra visión, con argumentos, pensado en las estrategias y sobre todo cuidando las relaciones entre la familia y la dirección de la empresa”.

Carlos e Iralda son un libro lleno de vivencias, anécdotas y conocimientos relacionados con el manejo de organizaciones familiares, tantos años de construir empresa familiar y comercial los posiciona como un referente en el manejo y control de las organizaciones y su intervención en la administración para la toma de decisiones directivas, antes de concluir esta entrevista les pedimos a ambos compartan sus sugerencias a las parejas que se encuentran o se encontrarían en la misma situación de ellos, de emprender en familia.

Iralda toma la posta y manifiesta: “Yo les recomiendo que si quieren dedicarse a un emprendimiento se sienten los dos a definir qué van a hacer en el negocio, que al principio se limiten para que no se desborden con actividades que no van a poder cumplir, definir los roles de cada uno, una vez definido los roles de cada uno respetarse mutuamente y que no se vean con ojos de tu eres más y yo soy menos, tu ganas más y yo gano menos, yo soy el jefe y tú no; si son esposos no se pueden poner en el plano de jefe y subalterno tienen q ponerse de igual a igual, con respeto y tomar decisiones poniéndose de acuerdo, porque cuando no es de esta manera se corre el riesgo de que una parte se sienta relegada o el otro diga yo mando aquí. A las mujeres, esposas, ser prudentes, la mayoría de mujeres tienen la habilidad de saber en qué momento tratar los temas del negocio y cómo tratar esos temas, todo tiene su tiempo, busquen el momento y lo primordial es respetarse”.

Carlos aporta a la sugerencia de Iralda con lo siguiente: “Yo agregaría libertad, una mujer que tenga libertad para decidir, para hablar, para escoger va a sentirse libre esto no es una competencia sino de trabajar en equipo, porque en esta cuestión de dirigir empresas y no necesariamente con la esposa, con los hijos, hay personas con mente muy abierta y personas con mente muy cerrada que dice esto es como yo digo y punto, es cuestión de responsabilidad y madurez de la otra parte.

Si Iralda hubiese sido una mujer gastadora, superflua, que vivía en los centros comerciales, derrochando la plata no hubiéramos logrado hacer mayor cosa porque manejar plata implica tentaciones, nadie piensa en el mañana y este se puede volver adverso, el dinero como todo en la vida es cambiante hoy puede llegar mucho y mañana no llega nada, entonces una mujer como es el caso de Iralda, equilibrada, madura, firme, es una mujer virtuosa, que apunta al objetivo sin desviarse. No improvisen, inicien sus emprendimientos de forma ordenada y déjense asesorar por expertos.

 

 

Escrito por: Mgrt. Gisella Rodríguez Ycaza.

 

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