Compartir:

Tú y tu familia sin duda pueden vivir un adviento mágico.

 

A lo largo de estos últimos años, cuando mi corazón ha sido tocado por un Dios tan bueno y misericordioso, he aprendido a ser más agradecida con las personas que tengo a mi alrededor, porque el acercamiento a Dios ha llenado tanto mi alma que no me lo puedo quedar para mi sola.

 

Estamos próximos a la preparación del nacimiento del Niño Jesús. Con alegría y plenitud queremos recibirlo en casa. Semana a semana preparamos para él un espacio… decoramos un nacimiento… le ponemos foquitos… lo adornamos… y nos preocupamos de juntar a nuestra familia para que vivan la magia de ese momento… la magia del adviento.

 

Viviendo el adviento

Pero… ¿Qué se prepara en estos 4 domingos previos al nacimiento de Jesús? ¿Por qué son 4 domingos y no 6… qué significa para los cristianos este momento previo a la navidad? Creía saberlo… y estoy segura que tú… que me lees ahora pensarás que es un tiempo de preparar el corazón para tenerlo calientito para cuando nazca Jesús en él. La respuesta es si… y no. Sí preparamos el corazón… pero también preparamos el inicio del nuevo año litúrgico con otros propósitos, que aprendí solo algunos meses atrás, cuando el Padre Gino (el párroco de mi Iglesia) lo explicó de forma muy didáctica y con mucha paciencia. Hoy lo quiero compartir.

El primer domingo es un DOMINGO DE VIGILANCIA

Se enciende una vela y se reflexiona sobre la forma en que nos hemos conducido a lo largo del año. ¿Hemos agradado a Dios con todos nuestros actos? ¿Hemos sido fieles… nos hemos despreocupado? En todos los aspectos de mi vida, en mi matrimonio, con mis hijos, con mi trabajo, con mis padres, amigos, con mi parroquia cómo me he portado? Este domingo te ofrece hacer una reflexión profunda sobre lo que hicimos bien, hicimos mal… o dejamos de hacer. Desde luego, la idea es hacer una enmienda sobre ello… ya lo veremos.

 

 

El segundo domingo es un DOMINGO DE CONVERSIÓN

Una vez que determinamos en qué le hemos fallado a Dios, a nuestro esposo/a, a nuestros hijos, a nuestro propio ser… nos proponemos tener una perfecta confesión… es decir nos arrepentiremos de todo corazón por aquello en lo que fallamos, sin omitir ningún detalle. Esa segunda vela de nuestra corona nos ayudará a iluminar nuestro corazón para lamentarnos verdaderamente y hacer el propósito firme de no volver a pecar.

 

El tercer domingo es un DOMINGO DE TESTIMONIO

Este domingo me encanta, ¿saben por qué? Porque nos propone una acción. Quiero ser la muestra viva del amor de Dios por eso ofrezco cambiar lo que tengo que cambiar… y esa transformación viene acompañada de una planificación. ¿Qué tengo que mejorar y cómo lo voy a lograr? Reconociendo nuestros errores, haremos una lista de acciones o propósitos. Lo que queremos cambiar y en qué debemos mejorar en todos los aspectos de nuestra vida, y sobretodo en nuestra relación con Dios (que ya revisamos los dos domingos anteriores). Esos deseos los concretaremos, solo así seremos testimonio del nuevo hombre que Dios espera que seamos.

 

El cuarto domingo es un DOMINGO DE ANUNCIO

Quiero ser un hombre nuevo para el mundo, he reflexionado sobre mis fallas recurrentes, he pedido perdón por todas ellas y he decidido volver a comenzar con actos concretos… pero para ello voy a necesitar de la fuerza de Dios… de la guía de nuestro Padre. Desde el momento en que encendamos la cuarta velita de adviento no pararemos de rezar hasta que mis propósitos se hayan cumplido uno a uno. Este domingo se anuncia la llegada de Jesús en nuestros corazones y nos invita a “Aprender de María y aceptar a Cristo que es la Luz del Mundo”. ¿Seremos luz para los nuestros? claro que sí… siempre que la oración nos acompañe en todo momento.

 

 

¿Qué les pareció? es hermoso, ¿verdad? Es tan gratificante descubrir la mano de Dios en todo, cómo su infinita misericordia nos enseña – a través de un mágico adviento – las herramientas para volver a nacer como hombres santos. Como buen padre nos educa para llegar a él… y nos prepara para ser testimonio de su grandeza y generosidad. No lo defraudemos. Sigamos los pasos de este adviento al pie de la letra… y junto a Jesús hagamos de este año litúrgico el mejor año de todos!

 

Bendiciones y a disfrutar del Adviento 🙂

 

Escrito por: María Paulina Ulloa / @cuentosdePia / 0990010016

 

 

Compartir: