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Criticar es censurar, notar o vituperar las acciones o conductas de otros.  

La crítica puede estar a nivel individual, a nivel colectivo, en trivialidades y en grandes temas, en nuestra vida cotidiana y sobre nuestro pasado. Sin embargo, entre criticar y difamar a personas o instituciones, hay una raya muy sutil, que se suele saltar muy fácilmente.

La crítica constructiva es necesaria para mejorar las cosas, principalmente si los interesados la piden. De esa crítica, pueden salir soluciones a las inquietudes y evitar errores que no se habían visto. Diferente es la crítica destructiva, la cual tiene un componente de envidia, daño o malas intenciones. Esta no aporta soluciones, ni alternativas, para resolver los problemas criticados. Al contario, suele ser dañina para quien la recibe y declaratoria de la mala personalidad de quien la realiza.

Reglas de oro para aprender a no criticar

No se puede creer en todo lo que nos dicen sobre los demás y mucho menos criticarles. La mayoría de las veces los críticos desconocen los motivos o razones de lo que critican. Estas personas suelen hacerlos con perjuicios basados en sus temperamentos, criterios, sentimientos, ambiciones y amor propio, exagerando las posibles faltas de otros. Las siguientes reglas ayudan a evitar la crítica que destruye a los demás, y por ende, a uno mismo:

  • Intentar que los comentarios sean útiles y que no produzcan daño, que no satisfagan malas intenciones.
  • Intentar que la crítica sea constructiva, para que pueda sacar a relucir lo mejor del que la hace y del que la recibe. Que para ambos sea lo contrario de lo que se obtiene con una crítica destructiva.
  • Que la crítica nunca sea un ataque personal, entre el que la hace y el que la recibe.
  • Antes de criticar constructivamente, debes estar muy bien informado de que, lo que vayas a decir, sea toda la verdad, no medias verdades.
  • Que la crítica tenga siempre un lenguaje apropiadoy realista, sin hostilidad ni arrogancia.
  • Antes de criticar, evita o neutraliza las emociones fuertes o las situaciones fuera de control de tus sentimientos y las influencias negativas ajenas.
  • Trata de impedir que tus críticas produzcan en la otra persona, sentimientos de vergüenza, humillación, desprecio, burla, incompetencia, vulnerabilidad, etc.
  • Utiliza solamente la crítica sobre los errores del pasado como soporte para mejorar el futuro.
  • Que la crítica sirva para crear lazos de empatía y no de separación.
  • Antes de criticar, mira si tienes una viga en tu ojo, que te impide ver la paja en el ajeno.
  • Previamente a criticar, razona profundamente sin dejarte llevar por tus preferencias personales.
  • Toma el tiempo necesario y reflexiona mucho, antes de hacer alguna crítica, por muy políticamente correcta que sea, una vez lanzada, es imposible pararla.
  • Da el tiempo que sea prudente y justo, para que el criticado pueda contestar. Conocer la opinión de la otra persona, ayuda a centrar la situación y puede ser beneficioso para ambos.
  • La crítica constructiva y justa, no crea amigos ni enemigos, si está hecha con conocimiento, tacto, autoridad y respeto.
  • Aceptar las críticas ajenas, es un acto de personalidad y de dominio del intelecto.

 

Vía: LaFamilia.info

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