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El Papa Francisco mantuvo un encuentro con el mundo de la educación en Quito.

Luego de un breve recorrido a bordo del papamóvil desde la Nunciatura Apostólica hacia el encuentro con el mundo de la educación en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), el Santo Padre se dirigió a los estudiantes y educadores. Sus palabras estuvieron llenas de reflexión sobre lo que los seres humanos hacen por la Madre Tierra, hizo referencia al pasaje del libro de Génesis sobre la palabra “cultivar” que va de la mano de la palabra “cuidar”. Conjuntamente, se refirió acerca de que Jesús no buscaba doctorear, “quiere llegar al corazón del hombre, a su vida, para que ésta dé fruto”.

El Papa Francisco manifestó que Dios no sólo le da la vida al hombre, también le da la tierra y lo invita a ser parte de su obra creadora. “Dios no quiere una creación para sí. Todo lo contrario. La creación, es un don para ser compartido”.

Invitó a no darle la espalda a la realidad, al prójimo ni a la tierra y enfatizó que “cuando muere un pobre de frío en la calle no es noticia, pero si la bolsa baja unos puntos se arma un gran escándalo mundial”.

El sucesor de Pedro describió a los centros educativos como semilleros y a los jóvenes como el presente y futuro del país. Además,  los invitó a hacer lío y les dijo que son la semilla de la transformación. “Las comunidades educativas tienen un papel fundamental, esencial en la construcción de la ciudadanía y de la cultura”. Les recordó a los jóvenes y estudiantes que el tiempo de estudio es un derecho pero también un privilegio. «¿Sabéis que ir a la universidad no es solo un derecho sino un privilegio?», les recordó a los jóvenes presentes.

El Papa Francisco culminó su intervención dejando una interrogante: “esta tierra es un regalo, es el momento de preguntarnos, ¿cómo la queremos dejar?”.

 

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