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Una alimentación consciente tiene múltiples beneficios para tu salud. Aprende cómo incorporarla a tu día a día.

Alimentación consciente… Hoy en día es muy común que diversos factores como nuestras emociones, pensamientos, antojos, estrés, inmediatez, vanidad, peso entre otros afecten nuestra relación con los alimentos y la forma de alimentarnos logrando que perdamos consciencia sobre la importancia de practicar hábitos alimenticios saludables. No hay duda que alimentación y emociones no pueden separarse y para una salud plena es necesario cuidar la parte física, mental y espiritual.

La alimentación consciente es un estilo de vida en el que se practica una relación saludable con la comida que consiga mejorarnos por dentro y por fuera y a su vez previene trastornos de conducta alimentaria. Se trata de tomar conciencia y poner atención de lo que comemos y cómo comemos reconociendo y entendiendo como nuestras emociones nos afectan sin juzgarnos, ya que incluso muchas veces usamos la comida para calmar sentimientos incómodos sin darnos cuenta de cuánto comemos, la razón que nos conduce a comer determinados alimentos y la rapidez con la que comemos sin disfrutarlos.

Es importante también distinguir entre el hambre fisiológica y el hambre emocional, es decir las ganas de comer algo por antojo. Podemos preguntarnos antes de comer ¿por qué estoy comiendo? Si es por ansiedad, tristeza, frustración, nervios o cualquier emoción, es mejor evitar comer, ya que no habrá conciencia sobre lo que comeremos. En caso que estos episodios se repitan es necesario interiorizar y reflexionar esas emociones, conversarlas con alguien de confianza en terapia psicológica, comentarlo al nutricionista y escribirlas también ayuda a que podamos concientizarlas y ver su origen.

 

 

¿Cómo practicamos la alimentación consciente?

Para tener una alimentación consciente pon en práctica lo siguiente:

  • Comer despacio los alimentos y masticar bien antes de tragar.
  • Técnicas de cocción saludable como al horno, al vapor, cocinado y a la plancha.
  • Mantener una alimentación rica en nutrientes con todos los grupos de alimentos como proteínas, grasas saludables y carbohidratos complejos.
  • Comer 3 veces al día en cantidades según el requerimiento nutricional y necesidades de cada persona.
  • Beber agua antes de la comida y mantener una hidratación adecuada durante el día a través de agua natural y alimentos ricos en agua como frutas y vegetales.
  • Detectar la señal de saciedad y dejar de comer para evitar comer en exceso.
  • Anotar lo que comemos y lo que sentimos luego nos puede guiar y ayudar sobre si estamos comiendo por hambre real o emocional.
  • Comer en un lugar agradable y lejos del televisor, computador y celular para no caer en el acto de comer en “piloto automático” sin darnos cuenta de la cantidad de lo que comimos.
  • Servir raciones moderadas y visualmente atractivas en el plato para disfrutar los alimentos con todos los sentidos.
  • Lleva porciones pequeñas a la boca.

 

 

Beneficios de la alimentación bien pensada

Una alimentación consciente ofrece beneficios tales como:

  • Nos permite prestar atención a lo que comemos, su cantidad, calidad y las razones por las que lo hacemos de una manera plena.
  • Nos ayuda a concientizar nuestras emociones para aprender a vivirlas y sentirlas tratando de no caer en comer por emociones.
  • Previene los trastornos de conducta alimentarios como los trastornos por atracón.
  • Nos ayuda a construir una buena relación con la comida.
  • Nos permite disfrutar de una comida y la experiencia de comer.
  • Ayuda al control y pérdida de peso.

En conclusión, la alimentación consciente nos ayuda sobre todo a conocernos más a nosotros mismos para mejorar nuestros hábitos y nuestra salud. Es necesario entender que tiene un proceso cuando empezamos a practicarla pero que sin duda nos va a beneficiar si lo hacemos de la manera correcta y con el objetivo de lograr una mejor relación con los alimentos para disfrutar conscientemente de lo que comemos evitando conductas nocivas que alimentan emociones negativas causando más problemas. Recordemos que no está mal comer por gusto y placer siempre y cuando lo hagamos equilibradamente y no caigamos en el vicio de sólo comer así.

 

 

Escrito por: Melissa Coto, Nutricionista. IG: melcoto_

 

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