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Ante las tendencias de este mundo, los padres de familia son la mejor escuela de sexualidad para sus hijos.

Urge una política clara en el seno familiar en pro de educar y formar la juventud en el uso de las nuevas tecnologías. El tema, obviamente, preocupa cada vez más a los padres, debido al grave problema de excesiva exposición a la cultura de la sexualización, que crece inescrupulosamente y sin ningún tipo de parámetros. Una problemática que debe ser enfrentada con mucha seriedad, ya que sus consecuencias se perciben actualmente, aunque sus implicancias, muy dañinas todavía, no las podamos predecir.

 

 

Actitudes en Internet

Un ejemplo claro: una vez que mandas un mensaje o una foto “sexy” por tu celular o la cuelgas en tu Facebook, cualquiera puede tener acceso a ella, saliéndose así de tu control. Este problema, conocido como: “sexting”, es cada día más común en redes sociales y su raíz no está en Internet. La sociedad en que vivimos tiene tanto material sexualizado, que involucra cultural, física y mentalmente a los jóvenes, desde muy temprana edad.

Hoy, la visión del sexo es tan libre de restricciones y responsabilidades, que, en principio, no hay razón para disuadir o impedir que los niños sean socializados en él. Mientras tanto, a muchas campañas publicitarias no les interesa las consecuencias que vivirán los jóvenes por los contenidos mostrados, sino sus ganancias económicas. Así, es como esta cultura es la que está preparando a nuestros niños para su futuro papel como adultos.

 

 

¿Qué hacer como padres?

Asumamos la responsabilidad de formar y educar a los hijos, como ha sido a lo largo de toda la historia. No son pocos los padres que se sienten sobrepasados por el mejor manejo que tienen sus hijos de las nuevas tecnologías. No obstante, siguen siendo padres, y los hijos siguen siendo hijos. Por ello hay algunas actitudes necesarias y síntomas a los que deben estar atentos:

  • Los padres tienen el derecho y deber de poner los programas de vigilancia que quieran. No temamos “poner límites claros”, junto con esa actitud, se debe explicar a los hijos la razón de la decisión adoptada.
  • El colegio de pediatras americano y canadiense, recomiendan los tiempos estimados de pantalla según la edad, teniendo en cuenta que, hasta los 3 años, prácticamente no deberían tener contacto con estas. Más bien, al inicio de la etapa escolar, limitarles el tiempo a 3 horas, solamente para hacer sus tareas, investigaciones y, entretenimiento si les queda tiempo.
  • Otro “detalle” importante es educar y formar a los hijos para el recto uso del internet y redes sociales. Temas como la sexualidad deben ser materia de conversación con los hijos, es una falacia pensar que, porque ellos sepan más de tecnología, nosotros no podamos aportar a su formación en valores.
  • Es importante estar atentos a algunos síntomas que pueden indicar problemas más graves como:
    • Insomnio, pues la luminosidad de los equipos reduce la cantidad de melatonina, dificultando el sueño y su calidad, lo cual evidencia que se quedan en Internet hasta tarde en lugar de dormir.
    • El uso del Internet también genera adicción. Si el hijo no es capaz de obedecer a los padres, cuando se trata de apagar la computadora, es una señal que ya está perdiendo el control de sí mismo.

 

 

Ten presente

Reconozcamos que Internet y las redes sociales hacen más difícil la educación de los hijos, pero esto no puede ser motivo para renunciar al compromiso de educar y formarlos en criterios y valores cristianos. Que la sexualidad no sea reducida al placer, sino que respete la dignidad de la persona, que no sea algo momentáneo, sino una muestra de la mayor entrega y amor.

 

 

Escrito por: Pablo Augusto Perazzo, Máster en Educación.

 

 

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