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La tergiversación de lo dicho por el Arzobispo de Guayaquil, ha dado paso a un ataque orquestado por ciertos grupos.

“Todo lo que sea ir en un reconocimiento entre la unión matrimonial entre personas del mismo sexo o lo que es hacer una legislación especial para este tipo de uniones, viene a ser una distorsión de la columna misma de la sociedad que viene constituida por la familia.

Entiendo yo que la actividad de los grupos… de los lobbys gays es incesante y tantas veces consigue abrir una grieta en todo nuestro ordenamiento jurídico, es evidentemente, como un virus que penetra un organismo”.

Estas son las palabras exactas con las que Monseñor Antonio Arregui, Arzobispo de Guayaquil, dio su criterio a través de una entrevista en Radio Sonorama, respecto a las grietas jurídicas que han dado paso a la unión de hecho homosexual en el Ecuador.

Resulta claro que, si uno lee detenidamente lo dicho por Arregui,  sus declaraciones no resultan ofensivas ni vulnera ningún derecho contemplado en la Constitución, tal como lo acaba de mencionar la defensora del pueblo María José Fernandez.

La tergiversación de lo dicho por el Arzobispo, ha dado paso a un ataque que viene orquestado desde cierta parte de la prensa, los grupos GLBTI y un grupo ateo. A estos, se ha sumado la Defensoría del Pueblo.

Impera la falta de sentido común en cada uno de estos grupos que han tomado a conveniencia las palabras de Monseñor Arregui para tratar de acallar la legítima voz de la Iglesia.

Desde mi punto de vista, es evidente que los directores de esta orquesta de difamación son los grupos GLBTI, que desde hace tiempo aprovechan cada situación inescrupulosamente, aunque sea descontextualizando las expresiones para atacar  la opinión de los representantes de la Iglesia.

Vamos a aclarar el punto más importante que ha dado paso a esta campaña difamatoria en contra de Monseñor Arregui.

Cuando el Arzobispo se refiere a virus,  lo hace en alusión a “las grietas que se abren en el ordenamiento jurídico”. Es decir, el virus es la grieta.

El lobby gay se ha limitado a tomar lo dicho por Monseñor, o más bien lo que le estorba para alterar su significado. Borrado su sentido real y sustituido por una clara tergiversación, el contexto termina desapareciendo, sustituyéndolo por una realidad artificial que pretende caricaturizar al Arzobispo como un discriminador y sectario.

Precisamente de eso lo acusan los GLBTIS, de manejar un discruso discriminatorio y fomentar el odio. Sin embargo, debemos de aclarar que Arregui no se refiere al activismo gay, sino a la acción jurídica que ha dado paso a la unión de hecho homosexual.

Atacan con dureza y con insultos a la religión Católica, con imágenes y textos peyorativos. ¿Dónde está la Defensoría del Pueblo para defender las libertades religiosas?

Hay algo que me llama la atención. Cuando uno revisa los mensajes en redes sociales de los GLBTIS y grupos radicales, reaccionarios y fanáticos afines, todos atacan con dureza y de forma insultante a la religión Católica con imágenes y textos peyorativos. ¿Dónde está la Defensoría del Pueblo para defender las libertades religiosas?

Me quedan otras preguntas por hacer, ¿realmente los GLBTI entendieron mal lo dicho por Arregui? o ¿es algo intencional para impedir que la voz legítima de la Iglesia siga manifestándose en contra de lo que claramente es una afrenta a las creencias del 80,3% de los católicos?

Son preguntas que las personas con sentido común que lean este artículo sabrán responder con madurez y juzgar de manera imparcial.

Replicar este artículo en Facebook y en Twitter reforzará el elemento aclarador en la opinión pública. #YoApoyoaMonseñor

 Por Andrés Elías
Director del Observatorio Electoral Católico del Ecuador

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